sábado, 25 de diciembre de 2010

Se mantiene tradición de armado del pesebre

La tradición de armar pesebres gigantes se mantiene en contadas familias de la Capital. Teresa Torrico Espinoza tiene uno de los pesebres más grandes de la ciudad en su vivienda, ubicada en la calle Tarapacá 262. Son más de 30 años que cumple esta arraigada costumbre, que la heredó de Sofía Poppe Martínez, una amiga de su madre.
“Son 35 años de preparar arreglos así de grandes, cada año ha ido creciendo con sus juguetes”, dice Torrico, al mostrar el pesebre de casi 10 metros dispuestos en forma de u.
Este nacimiento de Jesús tiene una característica particular; una mitad está armada con personajes en miniatura y otros motivos navideños del Belén antiguo, y la otra mitad del arreglo representa la diversidad de los nueve departamentos.
La Paz muestra una estampa de Illimani, Copacabana y su lago; Oruro con su cultura Uru Chipaya, quirquinchos y sembradío de quinua; Potosí, su potencial minero y llamas; Cochabamba, sus valles altos y bajos; Chuquisaca, su cultura yampara y potolo; Tarija, su vino, una tinaja de chicha y la fruta que produce; el oriente boliviano con sus personajes y animales.
Teresa Torrico empezó a preparar el Nacimiento en noviembre pasado, con la confección de la ropa de María y José.
Su inspiración fue la devoción al Niño Jesús, a quien Teresa le tiene mucha fe, además de que tiene el encanto de conservar las costumbres citadinas.
Para el armado del pesebre gigante, Teresa Torrico utilizó papel de seda, madera, aserrín, piedras pequeñas y muchas miniaturas de la fauna y flora, además de personajes de la época.

MENSAJE
“El mensaje es que el Niño nos traiga paz, sosiego, que todas esas cosas nos ayude a trabajar en paz, en concordia con todos, entre todos”, concluyó Teresa Torrico, para quien es el último año que arma un pesebre gigante.

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