jueves, 23 de diciembre de 2010

Los detalles de la Navidad de antaño en Tarija se pierden en la actualidad

En la actualidad se perdieron los detalles tradicionales, porque antes no había Papa Noel ni árboles de Navidad. En aquella época Tarija tenía poca gente y se adoraba al Niño en las casas y misas.

La Navidad Chapaca tiene singularidades propias que aun son recordadas por mucha gente mayor que vive en Tarija. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, hay costumbres que se pierden y son reemplazadas por otras, es el caso de las más de cinco figuras que se formaban en las trenzadas, las más de tres danzas que los niños bailaban con las adoraciones, y los rituales que se celebraban para pasar la fiesta del Niño Jesús.

Yolanda Ibañez de Rodríguez recuerda que durante la Noche Buena de los años 40 no se daban regalos y sólo se adoraba al Niño Jesús. Mencionó que en la actualidad se perdieron los detalles tradicionales, porque antes no había Papa Noel ni árboles de Navidad. En aquella época Tarija tenía poca gente y se adoraba al Niño en las casas y misas, con calles llenas de niños adorando y trenzando.

“Trenzábamos y cantábamos, para luego entrar donde estaba el Niño Jesús para adorar con danzas como el torito y la cadenita. Había gente que tocaba el violín y el mismo padre Ignacio hacía tocar la música con tambor y violín”, comentó.

Luego, recuerda, que se hacía la despedida al Niño Jesús, en la cual todos los invitados se arrodillaban y cantaban las tonadas de la Navidad frente al altar. Esta actividad se llevaba adelante todos los domingos con dos meses de anticipación al 25 de diciembre.

“Cuando se ejecutaba la misa del Niño Jesús circulaba la mistela y todos se servían. Antes también trenzaban las personas mayores, después de los menores. Los mayores hacían platos típicos y luego tomaban mistelas, incluso nacían nuevas comadres en la fiesta del Niño Jesús, y tomaban chicha”, señaló.

Otra persona que recuerda las tradiciones navideñas es Juan Flores, quien explicó que la gente se alistaba y preparaba sus sentimientos para esperar al Niño Jesús. Junto a ello, venían las adoraciones y trenzadas. Los niños escuchaban a lo lejos el sonido de los bombos para sumarse a la adoración.

“Como no existían muchos vehículos el sonido de las adoraciones se escuchaba a lo lejos. La gente de forma tradicional tenía sus Niños y pagaban misas. Los pequeños adoraban frente al nacimiento. Mientras se realizaban las trenzadas, la gente mayor compartía una mistela, que es una bebida aromática. Para los niños se servía aloja y variedad de masitas”, afirmó.

Según Flores, las adoraciones y trenzadas duraban hasta una semana para recién dar paso a la misa, en dónde se llevaba al Niño Jesús con adoraciones en las calles, y luego regresaban a la casa, para realizar las trenzadas. Luego se guardaba al Niño Jesús para empezar la fiesta de mayores, en la cual se llevaba adelante la entrega oficial del Niño, para que otra familia realice la fiesta el próximo año.

La entrega del Niño Jesús era todo un ritual porque se formaban compadres y bautizos. El hombre que ejecutaba el ritual se lo denominaba “María Sopa”.

Flores comentó que el nacimiento tiene elementos fundamentales: el Niño Jesús, San José, la Virgen María, los Reyes Magos y los animales como el gallo que anuncia la llegada de Jesús, el buey, las ovejas, y el burro. Cada animal le daba calor al Niño para que no le haga frío en la Noche Buena.

Asimismo, dijo que la trenzada no es otra cosa que la alegría que uno siente por la llegada del Niño Jesús. Antes los mayores también participaban en las trenzadas, y conocían todos los pasos y figuras, tales como el remolino 1, 2 y 3, también las canastillas. Eran muy hábiles para hacerlo.

Flores lamentó que en la actualidad no se recuerda como hacer las figuras y danzas en la trenzada. Sólo hacen el remolino 1 y dan vueltas de un lado para otro. Por ello, a manera de sugerencia dijo que las autoridades deben ahora trabajar para entregar palos a los barrios con tres capacitadores de la Escuela de Música Regional y así darle mayor sentido a la trenzada.

“En la actualidad todavía hay barrios que cortan las calles para realizar las trenzadas. La tradición se mantiene pero hace falta que la participación de capacitadores que enseñen a los jóvenes a trenzar. Hay que revalorizar las trenzadas y adoraciones, en vez de instalar “papanoeles” y árboles de Navidad. Si bien adornan la ciudad de Tarija, pero no se debe descuidar las tradiciones propias de la región”, finalizó.

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