viernes, 24 de diciembre de 2010

Los excesos se deben evitar en Navidad y Año Nuevo

El exceso puede complicar o acabar con la celebración de la Navidad. Los problemas digestivos, cardiacos, riñas y peleas, accidentes de tránsito y quemaduras no están ausentes en las fiestas de fin de año.
El director del hospital San Juan de Dios, Marcelo Cuéllar, recomendó a la población evitar excesos en el consumo de alimentos y bebidas alcohólicas. Dijo que el problema de la ingesta abundante de alimentos durante la Nochebuena puede desencadenar trastornos digestivos, como pancreatitis, diarreas y problemas biliares.
“Para la cena de Navidad la gente cambia su alimentación rutinaria, suele comer más lindo y mezclar de todo, y consume especialmente carne de chancho y pavo y no siempre éstos están faenados y manipulados correctamente”, subrayó. Pero el exceso de consumo de bebidas alcohólicas se considera el más grave, puesto que conlleva a los accidentes de tránsito y al incremento de agresiones físicas, riñas y peleas. Precisamente en este punto Cuéllar aclara que se debe tener mucho cuidado con el consumo de bebidas alcohólicas adulteradas, porque causan disturbios en el comportamiento de las personas.
Indicó que quienes padecen de presión alta deben saber que las bebidas alcohólicas están contraindicadas, y que los diabéticos no deben infringir sus dietas. Los excesos provocan un aumento de 50% de pacientes en el servicio de emergencia, aunque es mayor en Año Nuevo que en Navidad. Durante la madrugada del feriado suelen llegar personas con heridas provocadas por riñas o arma blanca, y por la tarde se presentan los problemas de vesículas, diarreas, dolores estomacales y vómitos. Si bien no se refuerza la emergencia, toda vez que el personal de turno tiene la capacidad de resolver los casos que se presenten, pero existe un plan de apoyo, si dicho servicio llegara a ser rebasado.
Por su parte, Jorge Olivares, responsable de Toxicología del hospital Japonés, aseguró que los fines de semana y durante las fiestas de fin de año aumenta, sobre todo la intoxicación alcohólica, debido a que es más frecuente que la intoxicación alimentaria. “Cuando la persona consume bebidas que causan embriaguez y empieza a tener cambios en su actitud o reflejos, es intoxicación alcohólica, pero algunos reaccionan de manera más exagerada que otros, por ejemplo, los que desarrollan conductas agresivas”, explicó el especialista.
Señaló que en principio el consumo de alcohol ocasiona un estado de euforia, pero si se ingiere mayor cantidad, provoca depresión del sistema nervioso y esto desencadena alteración en los reflejos y el equilibrio, además, somnolencia. Es por eso que la persona demora en responder a cualquier estímulo.
Olivares recomendó que lo más importante en las fiestas es mantener la cordura y disfrutar en familia.
De acuerdo con los galenos consultados, la causa más frecuente para que las personas asistan a los centros de salud en este feriado es la indigestión, causada por consumir abundante cantidad de alimentos difíciles de digerir, y a los que el organismo no está habituado, porque no corresponden a la dieta diaria. Los alimentos combinados con alcohol en exceso tienden a provocar malestar.
Una de las sugerencias para no empacharse es probar de todo, pero en cantidades pequeñas. Otra recomendación es que transcurran dos a tres horas desde la cena hasta el momento de acostarse, es decir, darle tiempo a la digestión. Y cuando se trata de niños, es necesario que éstos cenen más temprano, pero no hay que darles demasiada comida y dulces para evitar trastornos. Además deben tener un tiempo de digestión antes de ir a la cama.
Finalmente, los especialistas advierten que el estado emocional de la persona influye en la alimentación. La situación en que se encuentre la persona, como ser de alegría o de tristeza, sumado a la ingesta de comida copiosa en grasa y condimentos puede ser el detonante en Navidad. Y si hay disgustos o peleas empeora el problema digestivo, coinciden.

Recomendación

Comida. Mesura a la hora de comer y beber es la mejor manera de prevenir complicaciones digestivas. Se recomienda consumir carnes de preferencia pavo y pollo, ya que son más saludables que la de cerdo, combinadas con ensaladas de verduras crudas. Más de tres a cuatro combinaciones en el plato es dañino. Las salsas, los picantes y condimentos son sustancias que agreden la mucosa digestiva. Se debe masticar bien y no comer rápido. Se aconseja sólo una copa de alguna bebida como aperitivo.

No haga ayunos. Evite ayunos, porque la mesa de la noche será más tentadora y le resultará más difícil de limitar cantidades.Tome abundante agua mineral. Pruebe de todo, pero poco. Coma con todos y menos que todos.

Cuidado con la manipulación de cohetes
El director del hospital de niños Mario Ortiz, Gustavo Cuéllar, explicó que en estas fiestas es necesario que los adultos no pierdan de vista a los niños para evitar que manipulen petardos. “Deben supervisarlos”. Afirmó que los fuegos pirotécnicos y los llamados ‘matasuegras’ son los más peligrosos, porque provocan quemaduras y mutilaciones de los dedos.
Sobre los fuegos artificiales, los médicos piden a los padres de familia que no permitan que los niños guarden los cohetes en los bolsillos de sus vestimentas, no revienten petardos en el interior de la casa, no desarmen los fuegos para hacer experimentos, y no vistan ropa sintética si van a quemar pólvora, debido a la alta combustión de estas prendas.
El director del hospital San Juan de Dios, Marcelo Cuéllar, pide a los padres supervisar a los chicos en caso de que éstos manipulen cohetes. “Muchas veces los adultos para que los chicos no freguen y dejen cenar tranquilo a los adultos les compramos cohetes y juegos pirotécnicos y los mandamos a que jueguen al patio, y luego son las quemaduras”, dijo.
Cuéllar agregó que lo ideal es que los chicos no manipulen cohetes ni juegos artificiales porque pueden ocasionar daño por explosión o quemadura.

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