miércoles, 22 de diciembre de 2010

Navidad triste en los pueblos de los mineros de La Solución

A un mes de la tragedia que sacudió a la mina La Solución, en Hampaturi, y que se llevó la vida de Ramón Choque y Saur Mamani, enterrados por el lodo y la mazamorra, en el lugar pocos adultos quieren hablar de Navidad y celebraciones, aunque los niños esperan regalos.

“Aún estamos afectados. Estamos tristes, toda la gente está con pena”, reconoce Teófilo Mamani, minero y dirigente del sindicato de los 73 trabajadores del yacimiento de zinc.

La mina queda a unos 45 minutos de las comunidades de Palcona y Choque Chicani, sobre los 5.000 metros de altitud. La gente sólo trabaja ahí y vive en los dos poblados, ubicados más arriba de Pampahasi y atravesados por el río Irpavi, casi a las faldas de los yacimientos de Hampaturi.

Los caminos polvorientos, en su mayoría en mal estado, comunican a estas dos localidades con la ciudad de La Paz. El sábado 20 de noviembre, el lodo del dique que se encontraba encima de la mina La Solución se desprendió debido a la humedad, explosiones de las dinamitas y el uso de las perforadoras. La tierra ingresó a los buzones (accesos verticales) y a las galerías de forma repentina, sorprendiendo a los 17 trabajadores que estaban en el interior. Sólo 15 lograron huir.

En las dos comunidades viven 155 niños y muchos de ellos nunca han visto en persona a un Papá Noel. Sueñan con muñecas y autos de juguete para esta Nochebuena. Los pequeños no entienden que el costo de vida subió y se esperanzan en tener algún obsequio, aún más cuando los canales de televisión bombardean con publicidad. Carlos, de 12 años e hijo de Teófilo Mamani y de la señora Zenobia Mamani, es uno de ellos.

Quiere un coche de carreras. “Lo vi en la televisión y ojalá que mi papá pueda comprarme uno, aunque sea de plástico. Bien harto lo cuidaría”. Princesa tiene cinco años y espera una muñeca como obsequio la noche del 24. “Me han dicho que ese día van a venir los regalos. Una muñequita igualita que yo quiero que me regalen”, desea la niña.

Los mineros de ese sector ganan aproximadamente unos 1.700 bolivianos al mes. “Tengo seis hijos y estoy rezando para que me alcance lo que gano para comprar por lo menos alguito para las wawas”, confía Willy Poma, amigo de Ramón Choque. “Yo tengo nueve hijos y veré todavía si cocinamos por lo menos un chicharroncito de pollo esa noche, porque el chancho está bien caro”, dice la señora Mamani.

Obsequios. Cuando se le consultó si su familia tenía un arbolito navideño, la esposa de Teófilo Mamani enseñó un viejo pino de la plaza, como queriendo decir que es el único que poseen los pobladores de Choque Chicani. En el mismo tono, su marido dijo que los niños del lugar sólo conocen a Papá Noel por televisión.

Cuando este medio llegó con algunos regalos para los niños se formó una fila larga en la plaza de Choque Chicani. Allí uno a uno Juan, Daniel, Felipe, Beatriz, Noemí, Lidia, Princesa, Anderson, Magaly, Karina y Luz Mariana, entre otros, recibieron un pequeño presente comprado con el dinero de algunos periodistas. La mayor desilusión fue cuando los obsequios se acabaron.

“Les agradecemos porque por lo menos ustedes se acordaron de nosotros. Ojalá que algún día vuelvan”, agradeció Elvira Mamani, cuyo esposo se aprestaba el jueves 16 de diciembre a subir a la mina para realizar el turno de 14.00 a 19.00.

Luego del derrumbe del 20 de noviembre, las condiciones de seguridad mejoraron en la mina La Solución; sin embargo, hace tres meses que los trabajadores sacan manualmente el mineral desde el socavón, debido a desperfectos de la pequeña locomotora eléctrica que se utilizaba para este fin. Por esta razón, mejorar las condiciones laborales es uno de los anhelos de los obreros.

“Si pudieran arreglar esa locomotora eléctrica, sería el mejor regalo para nosotros. Dicen que su arreglo cuesta unos 4 mil dólares. Ojalá que lo puedan arreglar”, desea el líder del sindicato minero. Mientras ello suceda, Teófilo y otros 72 trabajadores del subsuelo seguirán realizando su labor “a pulso”. Aún debe definirse quiénes harán el turno de la noche del 24 de diciembre, pero es probable que Poma y Mamani trabajen.

Esa noche algunos niños serán afortunados en recibir regalos en Palcoma y Choque Chicani, arriba en la mina recordarán a Ramón Choque y Saur Mamani, y pedirán que la locomotora eléctrica vuelva a funcionar, eso daría mayor seguridad al trabajo de los mineros de Hampaturi.

Se espera pago a las dos viudas

La dirigencia de los trabajadores de la empresa minera La Solución, que opera en la zona alta de Hampaturi, prevé que hasta enero se pague la indemnización a las viudas de los dos mineros que murieron el 20 de noviembre en el deslizamiento. Lidia Copa y Rosa Valencia eran las esposas de Ramón Choque y Saur Mamani, respectivamente, trabajadores que no lograron escapar del hecho. “Pagarán Bs 78 mil bolivianos a doña Rosa y Bs 55 mil a la señora Lidia. A más tardar hasta enero les van a pagar”, dijo el dirigente de ese sector Teófilo Mamani.

Johnny pide que su papá vuelva a casa

Cada noche Johnny (dos años) dice en aymara: “¡Tata!, ¡Tata!, ¡Tata!”. Parece que el niño suplica mientras mira al cielo. Para él, el mejor regalo en esta Navidad sería que vuelva Ramón Choque, su padre y uno de los dos mineros que falleció en noviembre en la mina La Solución.

Lidia Copa viuda de Choque no encuentra consuelo. “Bien harto le extraño al Ramón. No puedo olvidarlo y por mis hijos nomás quiero seguir”, dice con amargura desde su casa en Palcoma, a una hora de viaje desde La Paz por la zona de Pampahasi.

Ramón falleció aplastado por el derrumbe ocurrido el 20 de noviembre, al igual que Saur Mamani. “Estos dos años pura desgracias hemos tenido en la familia”, comenta Lidia al lado de su suegra María Remedios, quien llora desconsoladamente.

Hace un año su otro hijo, Guillermo, hermano de Ramón, se suicidó. Lidia muestra una foto de septiembre en la que aparece con Ramón. “Así bailamos kullawada en la fiesta de Santa Rosa de Lima”. El 2009, los esposos Choque compraron autitos para sus hijos Freddy, Johnny, Gerardo y Cosme, y muñecas para Rosmery y ropa para Angélica, la hija mayor que cumplió 12 años. Ahora todo es diferente: “Jani utjiti qulqi (no hay dinero) joven”, dice en aymara la señora Lidia.

Ramón estaba construyendo en su casa dos habitaciones para que su familia estuviese menos hacinada; sin embargo, todo quedó a medias y la mujer y sus hijos se dan modo de dormir en un espacio de dos metros y medio por cuatro. “Ahora no sé cómo voy a hacer terminar la casita”.

En la casa, los bienes materiales más valiosos son un viejo televisor y unos k’epis de ropa. Los niños sólo usan abarcas, los pantalones están rotos y los pequeños ojos de Johnny (dos años) y Rosmery (un año y seis meses) están hinchados de tanto llorar. La mujer espera que acaben los trámites ante la empresa y el Ministerio de Minería para que le paguen la indemnización por la muerte de su esposo. “Hay veces que en vano iba a La Paz. Creo que me lo voy a recoger nomás los documentos”.

Familias e hijos de mineros

Mamani: ‘Se olvidan muy rápido de nosotros’
‘Mi esposo es Teófilo Mamani, él es dirigente de la mina. En esos días todos venían hasta la mina, ahora se olvidan de nosotros. Nuestros esposos ganan muy poco y tenemos que hacer milagros para que alcance el dinerito. Yo tengo nueve hijos y les agradecemos por los regalos que nos trajeron a Choque Chicani’. (Zenobia Mamani)

Poma: ‘Mi Navidad será normal. Alguito haremos’
‘Soy Willy Poma y trabajo en la mina La Solución, en un rato más subiré yo al centro. Tengo seis hijos y mi Navidad será normal. ¿Qué es normal? Normal amigo, alguito haremos esa noche si nos alcanza el dinero. En la mina todos estamos tristes. Yo era amigo personal de Ramón Choque. Gracias por haber ido donde sus hijos’.

Choque: ‘Aún no nos podemos recuperar’
‘Estos dos últimos años han sido los peores, primero mi hijo mayor Guillermo se mató y ahora Ramón fallece en la mina. Soy la suegra de Lidia Copa y ellos son mis nietitos. Ellos han quedado con nosotras nomás y ahora estamos queriendo recuperarnos de la pérdida de mi hijo Ramón’. (María Remedios Choque).

Mamani: ‘Los niños son los que esperan regalos’
“Mi nombre es Elvira Mamani y mi esposo también es minero en La Solución, para esta Navidad prepararemos algo en la casa, aunque el dinero no alcanza casi para nada. Esta es una fiesta más para los niños y ellos son los que más esperan los regalos. Mientras más chicos sueñan siempre con que les regalen juguetes”.

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