sábado, 25 de diciembre de 2010

Navidad es la fiesta que moviliza a las familias y saca a relucir la pobreza

La fiesta de la Navidad o Natividad de Nuestro Señor Jesucristo, moviliza a las familias bolivianas y permite celebrar un acontecimiento que marca tradición en la vida de los cristianos, pero al mismo tiempo saca a relucir la pobreza que hay en el sector campesino y muestra la ostentación del consumismo.

El árbol navideño está presente y con él se simboliza a la Santísima Trinidad, rescatando los símbolos sagrados de la Navidad como el pesebre que fue una iniciativa de San Francisco de Asís, para representar el nacimiento de Jesús, costumbre que perdura con el paso del tiempo después de más de dos mil años.

Sin embargo, está presente el consumismo con las campañas publicitarias que realizan conocidas marchas de gaseosas, presentando a Papá Noel, Santa Claus o San Nicolás como producto ingenioso de la Coca Cola, cuando está vestido de rojo y también de la Pepsi Cola, cuando está de azul.

Esas promociones motivan el consumismo y la compra venta de juguetes, regalos y otros productos, hasta licores, que año que pasa va en aumento, así como las grandes diferencias económicas y la desigualdad entre las familias, siendo muchos que tienen poco y los menos que tienen más, resultado de una desigual distribución de la riqueza económica que se genera en el país.

La historia de Santa Claus, el viejito gordo y sonriente que trae regalos a los niños buenos el día de Navidad e ingresa a los hogares por las chimeneas, tiene su origen en la historia de san Nicolás un Obispo Católico que vivió en el siglo IV que ayudaba a los más necesitados, habiéndose convertido en un ícono cultural de la sociedad de consumo del tercer milenio que sin lugar a dudas también repercute en esta región del planeta.

Así Papá Noel o Santa Claus, es un símbolo de la Navidad que hasta ahora no ha podido ser remplazado ni siquiera con las tendencias indigenistas de la nueva corriente política que administra el Estado Plurinacional, porque los niveles de pobreza y la celebración de la Noche Buena han quedado registrados en la historia como tradición que practican oficialistas y opositores.

El estímulo sobre la fiesta de la Navidad es cada vez mayor con las fantasías infantiles, los nuevos juguetes y hasta la forma de presentación de los regalos navideños, lo que permite movilizar anualmente millones de dólares en el comercio legal y el contrabando que por lo general abarrota los principales centros de abasto de las capitales de departamento.

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