El pasado miércoles 21 de diciembre tuvimos el agrado de asistir a la entrega de las donaciones navideñas logradas mediante una campaña realizada conjuntamente entre El Lustra (suplemento cómic) y El Diario en su eterno afán de no ser menos ante las campañas sociales y las buenas causas. Es así que durante todo el mes de diciembre mediante la publicación dominical El Lustra, se invitaba a sus seguidores a donar juguetes y ropa en buen estado para posteriormente poder hacer la entrega de todo lo recibido en el Centro Integral de Niños de la Calle (CINCA) que es un hogar de niños ubicado en la ciudad de El Alto. El CINCA tiene como finalidad principal acoger a los niños, niñas y adolescentes más necesitados por condiciones diversas y adversas en sus vidas brindándoles alimentación que es un factor determinante para que puedan llevar su vida con normalidad. La atención en salud es una de las grandes preocupaciones así como lograr que tengan un buen nivel de educación y mediante la convivencia de los chicos en la casa que les ofrece el CINCA puedan sentir ser parte de una familia grande con un hogar propio que les permita la formación necesaria para a la larga tener una vida y trabajo dignos.
El proyecto CINCA en nuestro país ya se acerca a su vigésimo aniversario como nos comentó el fundador del proyecto, el Hno. Andrés Lorenzo Calzón, Misionero del Verbo Divino. Su primer contacto directo con Latinoamérica fue la realización en el altiplano boliviano entre los años 1990 y 1991; en sendos campos de trabajo, con jóvenes españoles, colaboraron en las comunidades campesinas y sobre todo conociendo esa realidad y aprendiendo. A la vez quedando unos días en la ciudad de El Alto para conocer esta urbe. El impacto recibido ante la realidad alteña fue fuerte y como resultado, decidió trasladarse de España a El Alto, llegando a instalarse de forma definitiva en enero de 1992 en El Alto.
Su trabajo principal era la pastoral con los jóvenes, pero muy interesado en conocer de cerca la situación de los niños en situación de calle que, por falta de recursos económicos y con la familia desintegrada, se veían imposibilitados de acceder a la escolarización. Visitando, hablando y conociendo a esos niños y niñas en su realidad es como se fue fraguando la idea de “hacer algo.”
A los dos meses se pone en contacto con dos jóvenes catequistas bolivianas; Violeta y Sonia, las que comparten sus inquietudes sobre la realidad de los habitantes de El Alto y ante todo la realidad de una gran parte de población indefensa; los niños. En este contexto se crea en 1992 el proyecto CINCA de la mano del Hno. Andrés Lorenzo y las dos educadoras bolivianas de la parroquia Sta. Mª de los Ángeles en la Zona 16 de Julio. Así nace en 1992 el proyecto “Un niño en la calle” para dar respuesta a los infantes pobres sin vivienda propia que no tienen acceso a la educación, poniendo a su disposición espacios de aprendizaje y procedimientos de protección. Sin mesas ni sillas, en el patio de la Parroquia Santa María de los Ángeles comienzan a trabajar con nueve niños. En junio de 1992 son ya 16 los menores atendidos, que reciben educación y un sencillo, pero nutritivo almuerzo. Tres años después el número de niños y adolescentes se eleva hasta los 79 beneficiarios que para el año 2006 asciende a 108 niños y adolescentes. Año tras año el proyecto fue desarrollando en infraestructura en áreas de cobertura y aumento de la población beneficiaria. Los aproximadamente 660 niños, niñas y adolescentes que han pasado por Cinca lograron una formación amplia para poder acceder a un trabajo digno. Los hay profesionales, técnicos, empleados, etc. Unos 50 conforman ya una familia estable. Podemos señalar que ninguno regresó a situación de calle. Actualmente el equipo a cargo del CINCA se complementa con Lucia Quispe, Rosario Coarite, Rosario, Gonzalo Revert, María Paredes y Andrés Pesta.
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