domingo, 20 de diciembre de 2015

Padres buscan regalos para sus hijos, pero el dinero escasea

Son las 9 de la mañana y Mariana Colque ha recorrido varias veces los pasillos del sector de juguetes en La Cancha con la esperanza de hallar el carrito de color fucsia, para muñecas bebés que le pidió su hija de 7 años. “Cuesta 180 bolivianos, me parece muy caro, había previsto 140 como máximo. Puedo comprar otro de menor calidad, pero no sería el que mi niña quería y es muy buena hija”, comenta entristecida, mientras la vendedora hace oídos sordos, confiada en la enorme demanda de juguetes en estas fechas.

Armando Vásquez también busca rebaja para adquirir el Lego de 200 piezas de Star Wars que su sobrino le pidió. “Tengo 8 sobrinos, todos esperan un regalo y la Navidad es de los niños, pero qué caro sale darles a todos lo que pidieron. No voy a poder, no alcanza”, dice apesadumbrado.

Olga Canedo debe comprar regalos para sus tres hijos adolescentes. “Yo preferiría buscar juguetes, no era tan difícil. Los adolescentes quieren ropa “y la moda no la entiendo. Camisas pegaditas y colores chocantes están en 150 a 200 bolivianos. Los vestidos con falda cortada en A, cortos y en colores pasteles, arriba de los 250. No alcanza”, asegura mientras explica que su sueldo de secretaria es de 2.500 bolivianos.

Para algunas decenas de personas, la compra de regalos no es una angustia. “Sí hay gente que entra a la tienda, elige autos a control remoto de 500 bolivianos, futbolines de 1000, muñecas de 300, pero no son tantas. La mayoría exige rebaja, pero somos empleados, no podemos rebajar”, relata Gina Marín, encargada de una juguetería en un shopping de la calle Angostura.

La lluvia de ayer en la mañana no mermó la afluencia de personas a los mercados. Julia Gómez buscaba un mantel rojo para la cena de Navidad. “Llegarán mis hermanos y sobrinos de La Paz y Santa Cruz. Nos vamos a juntar todos y estoy feliz”, confiesa. ¿Y los regalos?, le preguntamos. “No nos vamos a afanar. La plata no alcanza, por eso jugaremos amigo secreto y solo compraremos un buen regalo para una persona, lo importante es estar juntos, abrazarnos, comer rico y pedirle al niño Jesús que nazca en nuestros corazones para que seamos mejores personas”, expresa en tono de consejera. Regalar es una manera de expresar cariño a alguien, “pero no es la única y hay que ser creativos cuando el dinero no alcanza”, dice mientras compra una tela carmesí para coser ella misma su mantel.

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