jueves, 24 de diciembre de 2015

Cuerpo de Cristo alegra a miles de niños en Navidad

Pese al frío y a la lluvia, grandes y pequeños madrugaron por el juguete y el chocolate caliente.

Miles de niños acompañados por sus madres esperaron en filas durante horas en la ciudad boliviana de El Alto para recibir regalos de Navidad anticipados de la mano de la Fundación Cuerpo de Cristo (FCC), que reunió alrededor de 35.000 juguetes para entregar a los hijos de familias con menos recursos.

La iniciativa, auspiciada por el sacerdote alemán Sebastián Obermaier, cuenta ya con diecisiete años de recorrido y recibe la ayuda de decenas de voluntarios de la ciudad vecina de La Paz, ciudadanos anónimos que aportan pequeñas sumas para comprar juguetes y algunos donantes de mayor envergadura.



LARGA ESPERA. A las ocho de la mañana de ayer, una hora antes de que Obermaier y sus colaboradores comiencen el reparto de juguetes, filas de niños nerviosos, padres y sobre todo madres aguardaron su momento mientras vendedores callejeros de comida hicieron su trabajo.

Algunos, como Leocaria Quispe y sus cinco niños, el mayor de diez años, esperaron desde las seis de la mañana. Son de El Alto y salieron a las cinco y media de la mañana de casa para recibir juguetes, tras enterarse del evento por televisión.

El párroco, titular de la parroquia Cuerpo de Cristo, paseó por la parte más adelantada de las filas, esperando ante una cuerda que marca el perímetro reservado a los organizadores, y bendijo a niños y familiares que se quitaban gorros y sombreros para sentir el contacto de sus manos.

José Chauca, albañil de profesión, explicó a Efe que pide a Obermaier la bendición para sus cuatro hijos de seis, cinco, tres y un años porque "es el más conocido" y les traerá un buen año a los retoños.

Esperó desde las 05.30 de la mañana para recibir juguetes y bendiciones en un evento donde además los niños pudieron jugar en un tobogán inflable, desayunar chocolate caliente y recibir un corte de cabello gracias a la colaboración de una academia de peluquería.

Irma Nina y Carla Fernández son profesoras de religión y ayudaron a organizar el masivo reparto de juguetes.

Fernández reconoció que "no se recauda mucho en El Alto", y Nina explicó a Efe que "grandes empresas colaboran" en la recaudación para los regalos, que se ve beneficiada por la fama de Obermaier.

Mientras un grupo de voluntarios casi adolescentes, distinguidos con chalecos amarillos, bailó al ritmo de la megafonía, que alterna canciones bailables con villancicos clásicos, uno de los organizadores, Fisher Zabala, explicó que los voluntarios recogieron fondos desde octubre.

Zabala es encargado de centros juveniles en El Alto y, desde hace un año, trabaja en la FCC en la formación de líderes.

El grupo de jóvenes reunido en la convocatoria del proyecto "ha formado una familia", aseguró a Efe. "Son como hermanitos, después de esto dudo que se separen", añadió.

Cuando los organizadores abrieron poco a poco el acceso a la zona donde otros compañeros repartieron regalos —muñecas a las niñas y camiones de plástico a los niños—, madres y niños corrieron hacia las carpas donde recibieron sus regalos.

Tras tener su juguete, a cada niño le pintaron un dedo de la mano con pintura morada para prevenir la picaresca de que repitan el paseo.



EL TRABAJO POR LOS DEMÁS. Obermaier es reconocido por la labor social de su parroquia en una ciudad pegada a La Paz, pero mucho más pobre. Llegó a El Alto hace 35 años, procedente de Venezuela.

Entonces, El Alto se consideraba un barrio de La Paz adonde llegaban inmigrantes de zonas rurales del altiplano.

En el censo de 2012, registró un millón de habitantes, doscientos mil más que La Paz, y hoy es la segunda más poblada del país.

El sacerdote alemán comentó que se alegra de que políticos, instituciones públicas y empresas repliquen su iniciativa. "Eso es positivo para nosotros, porque es aumentar la misión", aseguró.

"Amar es no cerrarse a sí mismo, sino abrirse a la persona que está al lado. Todos los regalos de Navidad no son costumbre, sino aceptar el mensaje del niño Jesús en Belén", sentenció.

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