viernes, 25 de marzo de 2011

La Barbie que se convirtió en chola paceña

La famosa muñeca rubia deja de serlo para convertirse en una representante de los Andes como una chola paceña con pollera, manta, enaguas y trenzas negras hechas a la medida de sus curvas diminutas y ligeras.

En su taller, ubicado camino a Copacabana, Hugo Ramos crea hace algunos años a la Barbie de alma boliviana, una muñeca de casi 20 centímetros que encarna a la chola paceña.

De rubia a mestiza

El primer paso para lograr la apariencia de chola es reemplazar la cabellera rubia por una negra, ya que estas muñecas de origen chino que se comercializan en Bolivia son por lo general platinadas .

Tres enaguas van por debajo de la pollera, los zapatos negros y sencillos son pegados con clefa y hechos también de tela. La parte superior es cubierta con una blusa con bordados y perlas sintéticas que forman varios diseños.

Después de unas horas, la Barbie, una de las muñecas más famosas en el mundo, está ataviada con todos los detalles de una chola y lista para ser comercializada a 70 bolivianos.

Un séquito de danzarines

Con una destreza que sólo la práctica da Ramos junto a sus 15 ayudantes -todos ellos adolescentes y que estudian- ha marcado la pauta de hacer trajes de las diferentes danzas bolivianas con todos los detalles, costuras, joyas y piezas que tiene la vestimenta de tamaño real.

Es entonces que tanto la Barbie como su compañero romántico Ken pueden terminar como una pareja de ch’utas, tobas, kullawas o de morenos.

Pequeños detalles

Actualmente los muñecos más solicitados en el taller de Hugo Ramos son los de la chola paceña, el moreno, el achachi y la china morena.

“La Barbie es conocida por sus trajes de gala o de fantasía, pero nosotros le hemos dado la apariencia de una chola paceña, una identidad más nuestra”, comenta el creador.

El trabajo de Ramos se inició hace ocho años atrás cuando empezó a bailar de moreno en la entrada del Gran Poder y reflexionó sobre guardar un recuerdo de la danza que vaya más allá de una foto o un video.

En su taller, denominado “Creaciones Hugo”, este artesano diseñador en miniatura ha perfeccionado todas las piezas y adornos de los trajes que elabora a mano. Es así que al investigar cualquiera de los trajes, como el de los morenos, la máscara, los zapatos, las charreras o los pantalones, se distingue a cada una como una pieza independiente de las demás.

Otra de las características es que los modelos que lucen estos muñecos son influenciados por las tendencias de moda utilizadas por las fraternidades en las entradas folklóricas cada año. Los danzarines, a su vez, solicitan el traje que lucen, hecho en miniatura.

“En La Paz tenemos una ventaja y es que año redondo tenemos entradas folklóricas. Por ello la moda en las danzas cambia constantemente”, señala Ramos.

Capital inicial

Por lo general, las mayores ventas de los muñecos se realizan en la Feria de Alasita acontecimiento para el que se preparan meses antes con más de 200 trajes.

El resto del año sus clientes son personas que envían las piezas a los bolivianos que migraron a otros países y que mediante sus creaciones pueden tener algo de Bolivia y su folklore en una imagen a escala.

El padre de Ramos era taxista y costurero, pero no dejaba que su hijo practique con sus elementos de trabajo. Ya mayor y después de algunos años, el hijo se convirtió en ayudante de cualquier trabajo que se le presentaba, uno de ellos fue la costura.

Entonces decidió que quería hacer algo diferente y buscar una oportunidad en un campo poco común, pero que además tenga que ver con su danza favorita: la morenada.

Su sueño era bailar esa danza, pero el costo para participar era elevado así que empezó a jugar a modo de divertirse con el traje en miniatura.

Un amigo suyo le ofreció pagarle 100 bolivianos para que Ramos le haga un traje en miniatura. Ése fue su capital inicial para hacer sus primeros tres morenos. Hoy cuenta con un capital de 3.000 dólares.

El muñeco más costoso que realiza es el de moreno, que cuesta 160 bolivianos.

Inventiva y creatividad

Para Ramos es posible encontrar trajes en miniatura en el mercado, pero no con el detalle que ellos la realizan. Los elementos que más se destacan y que complementan las piezas son las máscaras como las de diablo, moreno, pepino o toba hechas de yeso y pintadas a mano.

Con unos moldes que no sobrepasan la mitad de la palma de una mano se hacen las máscaras que luego son decoradas con un pulso de cirujano.

Una de las finalidades a largo plazo sería exportar, pero Ramos aún no posee una fábrica y se considera sólo un artesano que debe trabajar constantemente para obtener ingresos y dar trabajo a las personas jóvenes que no tienen una oportunidad.

Este creador se encontró con muchos detractores de su oficio, pero decidió mantenerse con lo que le gustaba hacer y hacer de esto una profesión.

Plumaje sintético para las danzas
En el taller de “Creaciones Hugo ” se ha innovado en otras áreas de la inventiva. Una de ellas es la creación de plumaje sintético para el traje de la morenada hecho a base de hilos de seda.

“Inventé esta forma de lucir plumas sintéticas para proteger al medio ambiente y la biodiversidad de las especies en peligro de extinción que sufren por la utilización de su plumaje en diferentes danzas del acervo nacional”, comenta el creador Hugo Ramos.

A pesar de realizar una presentación junto a autoridades relacionadas a la cultura en el Gobierno, Ramos confiesa que fue escasa la difusión y el apoyo a su propuesta para hacer que las danzas no atenten contra diferentes especies de la fauna boliviana.

“Muy pocos medios de comunicación, personas y autoridades se interesaron por este invento, que luce bien y que enriquece los trajes de una forma igual de ostentosa que la que se utilizaba antaño”, expresa.

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