martes, 25 de enero de 2011

La alta costura de París

Lanvin y su visión clásica y audaz para la moda masculina del invierno próximo, el lujo minimalista de la surcoreana Wooyoungmi, y la gran clase que tanto aprecian conocidos políticos, artistas y modistos en Arnys, ofrecieron algunos momentos claves en la última jornada de colecciones de París.

La colección se inspiró en un largo viaje iniciático por Europa, a lo largo del Danubio, hasta llegar al centro de Asia, a través de los más variados paisajes naturales.
Sus colores, del pastel verde agua al liquen verde musgo, de los mostaza, marrones y oxidados a los más profundos azules, serán los del invierno Arnys 2011, declinados sobre una veintena de siluetas.

Las presentadas horas antes por el modisto israelí Alber Elbaz y su colega holandés Lucas Ossendrijver para Lanvin recibieron una unánime y entusiasta ovación final. Algo no tan habitual en un desfile de moda masculina en la capital francesa.
El público acogió así el trabajo del célebre modisto que Yves Saint Laurent eligió en su día para sucederle, y el de Ossendrijver, que también va camino de convertirse en una celebridad, tras haber contemplado en el Palacio de Tokio uno de los más bellos desfiles de la temporada, en el que clasicismo y vanguardia encontraron el equilibrio perfecto.

Ambos fueron los artífices de una propuesta múltiple y diversa, construida con las materias primas más nobles y también con tejidos técnicos, en colores sobrios o muy vivos, de formas entalladas y pitillo, pero también anchas y holgadas.
Siempre para mayor confort y elegancia del potencial usuario, o, mejor dicho para los diez hombres que hay en cada hombre, para las diferentes ocasiones, momentos y personalidades, explicó Elbaz a un grupo de periodistas.

La palabra inicial que utilizamos fue elegancia, agregó el modisto, que en solitario es el autor del cada vez más exitoso prêt-à-porter de lujo de Lanvin.

No hay comentarios:

Publicar un comentario