Con el pasar de los años, algunas costumbres en el festejo de la Nochebuena han ido cambiando, pero nuestras abuelas se han encargado de que muchas otras permanezcan. Por ejemplo está el compartir en familia una taza caliente de chocolate, asistir a la misa de gallo después de la medianoche o colocar al niño Jesús en su pesebre justo a las 00.00.
Indagando con algunas abuelas estas costumbres, Gabriela Ruiz, que vivió algún tiempo en Sucre y en Potosí, comenta que ambos departamentos son los más tradicionales para festejar la noche de Navidad. “Aún en algunas provincias se mantienen las tradiciones y se festejan casi como en la época de la Colonia”, relata.
En Sucre, por ejemplo, el clima ayuda a salir a las calles y visitar los grandes pesebres elaborados con materiales rústicos. En Potosí, por el frío, la gente prefiere pasarla en casa tomando un chocolate caliente con buñuelos escuchando a los chuntunquis y bailando en pareja.
Darío López, que pasó sus navidades en Turco, un pueblo de Oruro, recuerda que cuando era niño compartía en familia una chocolatada y luego iba a la plaza cantando villancicos con sus hermanos para celebrar la misa de gallo y el nacimiento del niño Jesús.
En Reyes
En Reyes, Beni, se escogía a cinco personas adultas y a un bebé para que hicieran el papel de María, José y los tres Reyes Magos. “Acudía la mayor parte del pueblo”, indica Floridia Tobías.
Tarija
“Cuando era niña, mis padres nos llevaban a la casa de la abuela donde nos reuníamos con todos los primos y cantábamos villancicos para los adultos”, dice María Luisa Vila (72 años). Santa Cruz
“Tuve siete hermanos, algunos ya no están. Nuestros padres nos daban un regalo a cada uno y nos arrodillábamos todos a orar ante la imagen del niño Jesús”, comenta Érika Jiménez (54).
La Paz
“Mis padres escondían los regalos y antes de la medianoche había que encontrarlos y luego nos sentábamos a rezar el rosario”, relata Gri-selda Barrón (70).
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