lunes, 13 de junio de 2011

ESCAPA de una tarde de compras

Si quieres evitar otra tarde cargando bolsas y viendo cómo pone cara de disgusto al probarse ropa, lee este artículo

“A las mujeres nos gusta ir de compras porque buscamos vestimenta o accesorios que nos queden bonitos y que estén de moda. Buscamos algo que no sea común, algo especial que vaya con nosotras”, cuenta Claudia. “Busco cosas que me sirvan para muchas ocasiones, no sólo para un evento y ya. Siempre que estrenamos algo nuevo nos sentimos bien... Queremos sentirnos bonitas”.

Nosotros también queremos verlas bonitas, pero cuando ya están listas para ir a una cena o al cine. Salir con ellas de compras implica opinar sobre si algo les queda o no (un terreno pantanoso), caminar horas sin rumbo aparente y, sobre todo, cargar todas las cajas y bolsas cuando podríamos estar entretenidos en casa con un juego de video.

“Los chicos pueden evitar ir de compras con nosotros, diciéndonos sinceramente que ese plan no les gusta... sólo eso”, agrega Claudia. Claro, no siempre el asunto es tan fácil.

Algunos trucos

Aquí tenemos claves que pueden ser útiles para evitar ir de shopping. Aclaro que no siempre funcionan, pues cada mujer es un mundo y lo que a algunas les encanta, a otras las pone furiosas. Como tú conoces a tu pareja, sabrás, más o menos, cuál de las sugerencias se adapta mejor.

“Comprar es una forma de desestresarse. Desde niña te enseñan a jugar con muñecas y, ahora que tú eres una, te pruebas treinta cosas de las cuales en realidad sólo usarás dos, en el mejor de los casos”, orienta Fabiana. “Quiero sentirme bonita, por eso busco compañía en esas salidas, para que me halague y me diga que algo me queda mucho mejor que a Juana. Las mujeres creemos que los hombres son más sinceros”.

Pero si una chica te propone ir de compras puedes disuadirla apelando a la igualdad. “¡Súper! Vamos a comprar también cachos, ¿no? Si es así, me anoto”. También funciona recordarle que hace rato que no tiene un día para ella y sus amigas, y que prepararás algo para su regreso.

“Yo no sé nada de modas, mi amor, ¿Qué tal si cuando llegues me haces un desfile como la Magnífica que eres?”, funcionó algunas veces. Pero los mejores resultados vienen de la torpeza. Ve la primera vez de compras con ella, hazte al que no diferencias colores ni prendas y sugiere cosas feas o viejas. Y, finalmente, detente media hora en un lugar a ver tornillos. Si actúas bien, verás que nunca más te pide compañía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario