FIESTA | ENTRE CREENCIAS Y REUNIONES FAMILIARES GIRA TAMBIÉN UN NEGOCIO MILLONARIO, TIENDAS ABARROTADAS, MILES DE OFERTAS, REGALOS PARA LOS NIÑOS, PRESENTES PARA LOS ADULTOS, DECORACIONES, LUCES Y ÁRBOLES.
Sin duda es la fiesta más popular del mundo, justamente porque en casi todo el mundo se celebra. Cómo se celebra es otra cuestión. Para algunos (cada vez menos), es una fiesta religiosa que honra el nacimiento de Jesucristo y todos los buenos sentimientos que nacen con él. Para otros, es una excusa perfecta para reunir a la familia y a los amigos, brindar, comer, y pasar entrañables momentos de amor y amistad, y para los demás (casi todos) es una locura de compras, regalos, envoltorios, trajines, gastos, recibos y ganas de complacer y de recibir. En realidad esto último se junta generalmente con la segunda intención: la de rodearse de gente querida para festejar y regalar (se).
Sin embargo el real origen de la Navidad (palabra que viene de la latina Nativitas que significa nacimiento) no tiene nada que ver con lo que vivimos hoy. La Navidad en principio se trataba de una fiesta pagana, que celebra al Dios Sol en el solsticio de invierno, en el hemisferio norte. Esta celebración milenaria fue modificada con el catolicismo. En el siglo III, la iglesia católica la convirtió en una fiesta cristiana que conmemora el nacimiento de Jesucristo en Belén. Este acontecimiento aparece en los evangelios de San Mateo y San Lucas, sin embargo en ninguno se menciona la fecha del 25 de diciembre, y no fue hasta el año 345 que se instauró el 25 de diciembre como el día oficial de esta celebración religiosa.
LOS SÍMBOLOS
Es en la Edad Media cuando nacen los villancicos y el árbol de Navidad, cuya moda se extendió por toda Europa y la América colonizada, aunque en 1552, los puritanos de Gran Bretaña prohibieron la Navidad debido a los grandes banquetes y fiestas que se consideraban de baja moral. Luego de más de un siglo, en 1660, el rey Carlos II reinstauró la Navidad, pero los rituales desaparecieron hasta la época victoriana. En la época de la Revolución Industrial el fenómeno navideño se hizo masivo y se popularizaron las tarjetas de Navidad, con dibujos alegóricos de ángeles, árboles y otros símbolos festivos que se enviaban por correo a los seres queridos.
El origen de los grandes banquetes es también europeo, y viene desde los comienzos de la Navidad. Como el diciembre europeo es sumamente frío no es difícil deducir que la mayor cantidad de los platos que se preparan para estas vísperas sea caliente. Sin embargo, el plato principal, el pavo navideño, parece haberse originado muy lejos de Europa. Se cree que el pavo de Nochebuena tuvo su origen en México en el S. XVI. Los aztecas se lo habían hecho probar al conquistador Hernán Cortés, a quien le agradó y lo llevó a España.
El origen de las frutas abrillantadas proviene de España. Fue allí donde se empezaron a cubrir las frutas con un preparado de azúcar, y no era precisamente para endulzarlas, sino más bien para disimular el mal estado de las frutas que en esa época eran difíciles de conservar.
Otro ingrediente de la mesa navideña nacido en España es el turrón, pero no fueron los españoles los inventores de esta golosina, se cree que fueron los árabes, radicados en España, quienes lo fabricaron al comenzar el S. XVII. El panetón fue inventado en Italia, en el castillo del duque Ludovico Sforza.
Mientras que el promotor de los nacimientos fue el popular San Francisco de Asís, cuando en 1226 (tres años antes de su muerte) inauguró el primero en Greccio. Lo hizo en el valle de Rietti, fue invitado el pueblo a asistir con luces y se celebró una eucaristía, en la que el santo hizo de diácono y predicó la homilía. La tradición de los «belenes» arraigó en Nápoles, de donde pasó a España en el reinado de Carlos IV. La moda de los presepis o pesebres se difundió en Cataluña y Levante.
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