Hacer regalos ecológicos a los niños es más sencillo de lo que pueda parecer. Para ello debemos tener presentes una serie de claves que nos ayuden a elegir ese juguete verde que encantará tanto al niño como al planeta.
Elegirlo a la hora de adquirirlo o, por supuesto, también en el caso de fabricarlo. En efecto, en cuestión de juguetería ecológica, la creación propia lleva una gran ventaja a la oferta comercial. Con el valor añadido de que hacerlo con nuestras propias manos hace que el regalo sea tremendamente especial.
Se transmite aprecio, cariño o directamente amor del bueno, por lo que los juguetes creados con nuestras propias manos utilizando material reciclado es una interesante opción. Sin embargo, lamentablemente no solemos tenerla en cuenta… ¿Ideas? Todas las del mundo, pero hay que programarse para llegar a tiempo a esas fechas señaladas, ya sea Papá Noel, los Reyes Magos, fin de curso o, cómo no, un cumpleaños.
Tenemos dos modos de acertar, bien dejándonos llevar por la imaginación a partir del material que tengamos a mano o haciéndolo al contrario. Es decir, pensar en eso que podría gustar a una persona y luego buscarnos la vida para llevarla a cabo a partir de objetos reutilizados o, al menos, lo más ecológicos posible.
Si optamos por comprarlos, cada vez hay más variedad entre los que se elaboran de forma respetuosa con el entorno. En caso de decidirnos por juguetes de madera -educativos o los que imitan a los juguetes antiguos- ser ecológico implica el uso de maderas certificadas o, por ejemplo, la alternativa del bambú.
Por lo demás, cuanto más dure un juguete, menos embalaje tenga, menos pilas y materiales electrónicos, menos contaminante será. Si, además, son reciclables o biodegradables, mejor que mejor.
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