Por eso, en Nikon pueden presumir de generar emoción, porque cuenta con el cuerpo texturizado, el visor y los diales mecánicos de nuestra antigua cámara analógica.
Pero al igual que la Nikon D4, cuenta con un sensor CMOS de 16,2 megapíxeles, 39 puntos de enfoque automático y un rango ISO de 100 a 12800. Todo lo necesario para captar imágenes de calidad superior en condiciones de luz difíciles, pero en un formato FX, con un cuerpo menos voluminoso y 700 gramos de peso.
Para hacer cumplir su lema fotografía pura, los tradicionales diales mecánicos te van a permitir acceder a todas las configuraciones manuales sin necesidad de utilizar el menú.
Tampoco han dudado en eliminar los modos de escena, los filtros artísticos y la posibilidad de grabar en video, cuestión que, lejos de disgustar, bien pudiera agradar aún más a los nostálgicos de la fotografía. Sin embargo, la capacidad de disparar a velocidades de hasta 5,5 fotogramas por segundo y poder revisar las imágenes en una pantalla LCD de alta resolución de 3,2 pulgadas son características que nos ha traído la fotografía moderna de las que no tenemos porqué prescindir.
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