Los potosinos mostraron preferencia por la ropa o ajuar del Niño Jesús con características propias de la región con lluchus, ponchos y abarcas y también la predilección por los adornos a la usanza regional para el pesebre.
En los puestos de venta de la plaza de San Bernardo, los potosinos compraron más la ropa del niño tejido con lana e hilos con los colores tradicionales del campesino, con adornos que tienen detalles de la cultura que proviene del área rural.
Para muchos es una actitud seria de la población por el rescate de nuestras costumbres y dejar de lado la influencia extranjera que nada más alcanza matices comerciales.
La Noche Buena de los potosinos mostró, en su mayoría, el arreglo tradicional, solemne y con el arte propio de los pesebres con la imagen del Niño Jesús con una vestimenta a base de lana, sobre el colchón con bellos detalles en bordado y el entorno con pasto natural.
La fiesta de Navidad que comenzó anoche con el nacimiento del Niño Jesús seguirá hoy con la adoración y con bailes tradicionales de la música nacional, acompañado del chocolate y el buñuelo.
Ayer la familia potosina celebró la señal del nacimiento de la esperanza, la fuerza de la fe y la renovación de la comunión con Dios, participaron en diferentes actos litúrgicos en la llamada misa de gallo.
Anoche también se realizó la calificación en diferentes hogares del concurso de pesebres navideños convocado por el Gobierno Municipal.
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