El mundo cristiano está pronto a celebrar una de las fiestas más importantes del año, la Navidad.
Una fiesta que se sigue hace aproximadamente dos siglos y ya desde entonces se hizo una costumbre celebrar la “Nochebuena” el 24 y la fiesta al día siguiente.
Aunque la fecha exacta del nacimiento de Jesús sea uno de los tantos misterios aún por desentrañar, autoridades eclesiásticas de aquel entonces fijan una fecha aleatoria a finales del siglo IV.
Es precisamente el Papa Julio I quien designó esta fecha por ser uno de los días más próximos a la fiesta del solsticio de invierno, la cual era muy celebrada en la antigüedad; por lo tanto, la Navidad va tomando identidad con la suma y la conjunción de costumbres y tradiciones heredadas de culturas y países diferentes, las que se han ido modificando a lo largo de los siglos, hasta llegar a la actual celebración.
EN LA ANTIGÜEDAD
En el año 270 el emperador Aureliano consideró que sí debía fijarse una fecha para conmemorar la Navidad, ésta debía coincidir con otra festividad pagana denominada “Brumalia o renacimiento del Sol”.
Lo importante para el mundo cristiano era recordar el nacimiento del Niño Jesús en Belén y mantener viva su palabra, y así se eligió el mes de diciembre para desarrollar la celebración más relevante de los católicos.
Según la creencia de los primeros cristianos el Niño Jesús había nacido un 25, pero podría haber llegado al mundo entre los meses de marzo y diciembre, no existe documentación de dicho acontecimiento.
Fue hasta mediados del siglo IV, cuando la Iglesia Romana determinó esa fecha como el día de su nacimiento y el seis de enero como el de la Adoración de los Reyes Magos. Es a partir de entonces cuando el mundo católico comienza a ponerle su toque particular.
TRADICIONES NAVIDEÑAS HISTORIA DEL ÁRBOL
¿En qué casa no hay hoy un árbol de Navidad? El árbol ha llegado a superar al nacimiento de Belén como elemento de identificación de la celebración.
Es que antiguamente los germanos tenían la tradición de vestir a los árboles cuando estos perdían su follaje, para que los espíritus buenos que habitaban en ellos regresaran pronto.
Los adornos más comunes eran manzanas o piedras pintadas y con el paso de los años, este legado comenzó a dar paso a una tradición importante en la sociedad moderna. Este fue el origen de los adornos, posteriormente alrededor de 1750 las bolas de cristal se incorporaron a la decoración.
¿Cuándo se monta el árbol? Tradicionalmente se monta el día 8 de diciembre. En América Latina se celebra la virgen y se festeja adornando la casa. En realidad esta es una de las tantas costumbres que existen sobre el árbol de Navidad, la cual marcó una tradición ya arraigada en los latinos.
¿QUÉ SUCEDE HOY?
La tradición del árbol navideño se desarrolla ya ampliamente en el siglo XIX, especialmente en Europa, aunque pronto se extendió a América y finalmente a otros continentes.
La naturaleza del árbol no es muy importante puesto que en la actualidad los movimientos ecologistas están impulsando el empleo del árbol plástico.
Lo cierto es que uno de los ritos insustituibles de hoy es montar el árbol con un serie de componentes: luces, bolas, adornos.
El origen del pesebre en Latinoamérica:
Según la tradición San Francisco de Asís fue su inventor y se dice que este santo estuvo en el bosque orando y meditando en el Evangelio según San Lucas, cuando tuvo la inspiración de recordar ese gran momento del nacimiento del niño Jesús.
Y fue él quien empezó a construir una chocita con paja, imitando el portal donde la Virgen había pasado la noche de su alumbramiento. Llevó un pesebre al interior, trajo un burro y un buey, e invitó a todos los lugareños a representar la hermosa y emotiva escena.
La costumbre fue tan bien recibida y tan promovida por la Iglesia, que Latinoamérica adoptó la tradición, incluyendo sus figuras artesanales, entre las más representativas se encuentran el burro, la oveja, la vaca. Actualmente existen coleccionistas que buscan las figuras más antiguas.
En Argentina, México, Colombia, Guatemala, Nicaragua, Costa Rica, Paraguay, Venezuela, Perú, Chile y Bolivia, la figura del Niño no se coloca hasta la llegada de la Navidad, fecha en que se celebra su nacimiento.
MENÚS NAVIDEÑOS SIN FRONTERAS
Para estos momentos navideños, donde el espíritu de la Navidad se reflejan en la música, las imágenes y creencias religiosas.
Todos estos componentes son parte de una misma festividad, que se convierten en símbolos universales a lo que se suma un buen plato de comida.
Es por eso que el 25 tiene un sabor especial, que cada mesa adquiere un gusto particular y en cada país un aroma característico.
EL VIEJO CONTINENTE
En Grecia, la gastronomía es un arte que en Navidad se multiplica y representa en varios platos.
El menú del 25 de diciembre es interminable, entre las muchas y variadas recetas no falta el pavo relleno de castañas y pasas de Corinto, el gorrín asado al fuego lento y el roscón de nueces y jarabe de miel.
EN AMÉRICA
Al otro lado del Atlántico, justo cuando el día de Navidad llega a su fin en las tierras europeas, comienzan a adornarse y colocarse las comidas en las mesas americanas.
De norte a sur el nuevo continente reserva sus mejores galas culinarias para celebrar el festín más importante del año.
En Argentina, si durante todo el año los asados y las parrilladas son sinónimo de gran comida, lo son con más motivo en Navidad.
Se acompañan con ensaladas frías y se culminan con postres refrescantes a base de sabrosos helados o dulces cremas que acompañan a exóticas frutas. En Chile, el plato estrella es la ensalada de betarraga, es decir, de remolacha, un plato muy refrescante.
Y así cada país cuenta con un menú especial que se va pasando generación tras generación. Bolivia no es la excepción, puesto que en estos días festivos la picana se huele en el ambiente.
TRADICIONES Y GASTRONOMÍA BOLIVIANA EN NOCHE BUENA
En Cochabamba no podría ser diferente puesto que la noche del 24 los ciudadanos se preparan para vivir una noche singular.
Cerca a la media noche los Niños (de yeso) se colocan en el pesebre para que a la media noche, los presentes tomados de la mano eleven plegarias al niño Dios.
Los pequeños candelabros comienzas a encenderse, siempre elevando una plegaria por aquellos que no están presentes.
A la medianoche la gente se abraza, se desea mutuamente feliz Navidad y todavía se conserva la tradición de ir a la iglesia a escuchar la Misa del Gallo.
Al regreso se sirve la cena, que en la mayoría de los hogares es la picana, -una especie de sopa que lleva carne de res, cordero, de pollo, zanahorias, papas, cebollas y tomate-. Como postre se sirven deliciosos buñuelos. Al día siguiente los niños disfrutan de sus regalos.
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