Este año, los niños y niñas que hicieron largas filas para recoger sus regalos, en las afueras del estadio Hernando Siles de la ciudad de La Paz, salieron con las manos llenas, pues recibieron doble juguete. La campaña Por la Sonrisa de un Niño, organizada por radio Fides, cerró ayer con miles de esas sonrisas.
Como en años pasados, la distribución de los 50.000 juguetes se hizo en el estadio miraflorino, el coliseo Julio Borelli, el Teatro al Aire Libre y el Multifuncional de Viacha. No todos, pero gran parte de los niños recibió doble regalo, según los organizadores.
“Hemos tomado esa decisión justamente por la poca cantidad de niños que vinieron (...). Creemos que el hecho de que la entrega haya sido en domingo puede haber dificultado la asistencia”, dijo el director de la campaña, Ricardo Pericón.
La doble entrega fue una grata sorpresa para alrededor de 35.000 menores. Ellos recibieron cochecitos y ellas obtuvieron muñecas de las manos de los Carros de Fuego.
Solidaridad y emoción
“Estoy muy feliz. Yo quería una muñeca con cabello rojo y ahora la tengo, pero además me dieron otra con cabello negro”, dijo Verónica Canaviri, de diez años, quien junto a sus seis hermanos recibió juguetes.
Su familia y cientos de otras que llegaron de diferentes provincias del departamento de La Paz hicieron fila desde la madrugada de ayer.
Antes y durante el ingreso, los voluntarios de los Carros de Fuego, apoyados por sus padres, comenzaron a repartir alrededor de 22.000 raciones de chocolatada y pan, tarea que duró hasta media mañana.
Pasadas las 8:30 empezó un espectáculo que tuvo varios números de entretenimiento. Pero el momento más emocionante ocurrió cerca de las 13:00, cuando la caravana de las volquetas llenas de cajas de juguetes hizo su ingreso a la plaza Tejada Sorzano.
Media hora después, el trabajo arduo de los Carros de Fuego y de todos los voluntarios llegó a su punto culminante cuando, con ojos llenos de emoción, los niños y niñas les decían “gracias”.
“Nos gustan nuestras muñecas. Mis dos hermanas y yo hemos recibido a dos”, contó María, quien junto a Roxana y Jessica llegaron de la provincia Camacho con su madre.
“He esperado desde las cinco de la mañana con mis cinco hijos. Somos de San Roque, camino a Copacabana”, contó Virginia Paredes.
Estos pequeños junto a otros cientos no esperaron Nochebuena para arrancar los envoltorios de sus juguetes y ponerse a jugar. Para ellos, la Navidad llegó ayer.
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