¿Arte, conciencia social o marketing? En 1990, el fotógrafo Oliviero Toscani recibió el espaldarazo de Luciano Benetton para dar rienda suelta a sus más controvertidas visiones artísticas.
El escándalo no se dejó esperar por parte de los críticos más pacatos de aquella época, en la que el sida, la vida, la muerte, la sexualidad, el erotismo y la interracialidad eran parte de una larga cadena de tabúes sociales que se conjugaban entre sí para dar inicio a los anuncios publicitarios que hicieron levantar más de una ceja.
El nuevo escándalo. Para el consorcio italiano de la colorida ropa casual, llamar la atención de cualquier manera equivale al más puro y metafísico principio universal de la existencia.
En esta oportunidad y con el arribo de la nueva estación al hemisferio norte, las vidrieras de Milán, Múnich y Estambul abrieron con la campaña “Lanasutra”, en la cual se recrean posturas sexuales en esculturas cubiertas de lanas de colores, obra del artista cubano Erik Ravelo, para que —en palabras del vicepresidente de la firma internacional— “la gente reflexione sobre los valores del amor”.
UNITED COLORs OF BENETTON
Es un grupo empresarial italiano de moda y textiles, cuya principal característica es la utilización de colores vivos para el diseño de sus prendas de estilo casual.
Luciano Benetton
Fundó la firma en 1965, como resultado de su afición por la confección en lana. Vendió la bicicleta de su hermano menor para comprar una tejedora de segunda mano y comenzó a comercializar una pequeña colección de suéteres a las tiendas locales en el área de Véneto.
Lanasutra
La nueva campaña de Benetton es exhibida en Milán, Múnich y Estambul. Cada ciudad expone cinco esculturas durante una semana, antes de ser trasladadas a otras capitales del mundo.
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