Es un sector nuevo, pero la marca tiene un nombre y una experiencia, por lo que cada vez parece menor un experimento. Las compactas sin espejo ya son un sector consolidado, especialmente desde que Canon ha decidido entrar en él.
La fotografía ha cambiado en los últimos años más que en los cincuenta anteriores. La aparición de las cámaras digitales abarataron la calidad y la pusieron al alcance de casi cualquiera incluso las cámaras réflex.
Las cámaras con espejo móvil han representado el escalón más alto de la fotografía durante décadas, pero parece que esta hegemonía llega a su fin. Las cámaras compactas con objetivos intercambiables han pasado de ser una moda a convertirse en una alternativa real a las réflex. Ahora son más pequeñas, más ligeras.
La Canon EOS M es su modelo puntero en este sector. Lo único que se echa de menos es una conexión WiFi. Una cámara de este tipo representa varias ventajs tecnológicas donde sólo falta una conexión inalámbrica.
La Canon EOS M cuenta con un sensor CMOS de 18 megapíxeles que ofrece un tamaño de imagen máximo de 5.184 x 3.456 píxeles. El enfoque es automático pero de igual forma también permite seleccionar diferentes modos de enfoque, para no depender de la voluntad de la cámara en este aspecto. La gama de objetivos específicos para la serie M es tan limitada que sólo tiene dos objetivos: un básico de iniciación 18 - 55 Milímetros, y un 22 mm f.2 tipo pancake.
También graba video. Para almacenar las fotos y vídeo, la Canon EOS M confía en el almacenamiento en tarjetas de memoria SD. Este es el formato más universal a día de hoy y se puede encontrar en muchas capacidades diferentes dependiendo de su precio.
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