domingo, 13 de noviembre de 2011

ADICCIóN A VIDEOJUEGOS EN COCHABAMBA

En un espacio que no excede los cuatro por tres metros, un “clan de niños” -menores de 12 años- ovaciona la destreza de su líder y estratega, Pablo de 11 años, un asesino en serie que gana dinero por matar a policías y robar vehículos en un juego en red denominado GTA4.

El “clan de niños” ocupa cinco de las 20 computadoras que existen en un café internet que funciona a menos de 200 metros de su escuela. “En el juego, tú eres un asaltante que tiene que ir matando gente. Cuando matas te dan plata y eso te sirve para vivir más tiempo”. El juego se desarrolla en la ciudad del vicio: “vice city” en la que, según Pablo (nombre ficticio), “tienes que matar artos policías y robar”.

Los juegos en red proliferan en Cochabamba y están al alcance de clientes que además de ser potenciales, son vulnerables: los niños. Asombrosamente en Cercado no existe ninguna unidad educativa que no tenga cerca un internet, según el intendente de Cochabamba, Emilio Cortez Yáñez, existen ordenanzas vigentes que establecen que juegos de azar y “tilines” no estén a menos de 200 metros de los establecimientos educativos, pero no especifican nada acerca de los internets.

La aprobación de la ordenanza que regula el funcionamiento de este tipo de negocios en Cochabamba aún está pendiente, por ende el trabajo de la Intendencia se ve limitado porque, según Cortez, la intendencia actúa sólo bajo el código niño, niña, adolescente.

LOCOMOCIÓN EN EXTINCIÓN

“Los que trabajamos con niños estamos preocupados porque estos juegos no desarrollan ninguna habilidad en los estudiantes, es más aniquilan en ellos sus capacidades de expresión. Es por eso que existe una progresiva

pérdida de acciones verbales, gestuales, escritas y motrices de los menores”, afirma una maestra de nivel primario, Noemí Antezana.

Muchos de los actuales problemas pedagógicos y escolares responden a esta tendencia adictiva a los juegos virtuales. Según Antezana, los niños se ven intranquilos por la llegada de la hora de salida para poder ir a jugar en red. “Algunos estudiantes llegan tarde a la hora de ingreso para que no se los deje entrar al establecimiento y con esa excusa se van a internet. Otros, al contrario, llegan temprano a la escuela para aprovechar y jugar por un rato”, asegura Antezana.

Aunque la adicción a los videojuegos no es reconocida formalmente como una enfermedad mental por parte de la Asociación Psiquiátrica Americana, el mismo órgano ha realizado estudios relativos a este problema cuyos resultados confirman que los juegos generan tendencias adictivas, y por ello en algunos países como China se ha asumido la medida de limitar el uso de internet a tres horas por día para cada usuario.

A PUERTAS CERRADAS

Tres de cada 30 solicitudes de licencias de funcionamiento en la Comuna Adela Zamudio son para internets, estos datos, por un lado expresan que los comerciantes ven rentable el negocio y por otro lado confirman que las ofertas de juegos en red para los adolescentes se dispersan cada vez más poniendo al alcance de ellos una gama de ofertas en cuanto a juegos y costos.

A la salida de la escuela los niños corren a “coger una compu”, si la sala ya está llena, con suerte se desocupará una máquina y mientras unos esperan para poder jugar otros se limitan a apreciar lo que sus reducidas economías de recreo no pueden pagar.

Estupefactos frente a los juegos, los niños concurren todos los días -y también durante las noches- a estos locales. La edad oscila entre los 5 y 13 años y el fin siempre es el mismo: aniquilar a los otros jugadores.

En la zona norte y barrios periféricos la Intendencia encontró internets funcionando hasta altas horas de la madrugada a puertas cerradas, “habían menores de edad y al parecer estaban en pleno campeonato”, aseguró el director de moral y eventos Esteban Mercado.

Informantes extra oficiales (niños y adolescentes) dan cuenta de las características de estos campeonatos de juegos en red y testifican que los dueños de internets lanzan convocatorias que pegan en sus instalaciones o bien hacen invitaciones personales a sus clientes para que éstos participen y apuesten sumas de dinero considerables para sus bolsillos.

“Armamos grupos de juegos de cuatro o tres personas -depende de quiénes se animen- y jugamos Starcraft o Warcraft”, asegura Hugo (nombre ficticio) que participa continuamente de estos campeonatos en su barrio.

El premio para los ganadores va desde el dinero -que apuestan los jugadores- hasta horas de internets gratis cortesía del dueño, asegura Hugo. “Ponemos diez bolivianos por cabeza y aparte se paga por el consumo de internet. Nos cobra más barato porque jugamos hasta la madrugada”.

La Alcaldía de Cochabamba emitió una ordenanza que prohíbe el ingreso de menores y adolescentes a Internet después de las nueve de la noche. La nueva ordenanza contempla sanciones para los dueños de Internet que infrinjan la disposición, éstas son multas de entre 1.000 y 2.000 bolivianos e incluso el cierre definitivo de estos espacios destinados al uso de computadoras. Las adicciones extremas sobrepasan las fronteras del país, ya que en California (EEUU) existen adolescentes que pasan jornadas íntegras en los juegos en red, llegando al extremo de usar pañales desechables para que el juego no se vea interrumpido por sus necesidades biológicas.

¿PROHIBIR O CONTROLAR?

Es bastante apocalíptico creer que los efectos que producen los videojuegos en los niños son irreversibles, sin embargo es menester “normar” este pasatiempo para que no llegue a convertirse en un vicio.

Los padres deben tener en cuenta que lo menos indicado que pueden hacer es prohibir el juego -“si no puedes con ellos úneteles”- porque la medida más acertada para contrarrestar situaciones como el aislamiento de los niños, es jugando con ellos y compartiendo el trama de sus videojuegos favoritos.

Una opción adicional para los padres es organizar jornadas de juego en las que participen amigos del niño -esto implica ordenarles cuánto tiempo jugarán- para que las relaciones de sociabilidad con otros niños no se pierdan.

Si por un lado preocupa la pérdida de relaciones sociales de los niños, algo que también debe llamar la atención es su estado físico, ya que los videojuegos generan estados de sedentarismo -reposo- que tiene como riesgo a largo plazo la obesidad. Sin embargo la falta de actividad física por mantenerse permanentemente frente a la pantalla no es problema si se reduce el tiempo de juego a 3 horas -como máximo- de manera diaria, descansando quince minutos después de cada media hora transcurrida.

Es incontrolable la invasión tecnológica, sin embargo no debe aislarlos de la realidad. Las adicciones provocan estados extremos pero tienen solución, lo más loable es mantenerse inmerso en actividades de los niños.

Niveles de violencia.

Starcraft es el juego preferido por los niños y adolescentes, el cual se encuentra en el puesto número siete de la lista de los juegos más adictivos del mundo. Más del 90 por ciento de los internets de Cercado tienen este juego instalado en sus computadoras. El nombre del juego es un compuesto cuya traducción iteral es "Nave Estelar" o "El arte estelar".

El juego es

cooperativo y varias personas pueden jugar en un mismo equipo (controlando las mismas unidades), o controlar

diferentes equipos que se alían a fin de no

hacerse daño entre sí. Al seleccionar la

opción de aliados, la victoria ocurre cuando una alianza de equipos elimina a los demás.

¿Juego que inmoviliza?

Las excesivas horas de juego sumergen al niño en sedentarismo y hacen que postergue e incluso olvide las actividades físicas. La inactividad física e intelectual desemboca en el sobrepeso de los niños varones y esta situación puede extenderse hasta la edad adulta. La causa de la obesidad -además de la inactividad física- son los desórdenes alimenticios a los que se someten los jugadores que postergan los horarios de comida o se alimentan a altas horas de la noche.

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