domingo, 5 de abril de 2015

El mensaje del huevo y el conejo de Pascua

Caminando por las calles , observando tiendas de barrios , kioscos o superpermercados nos damos cuenta de que deliciosas figuras esféricas de chocolate invaden estante-

rías siendo signo de tentación para todo aquel que lo ve , los culpables de esta sensación de gusto por probarlos son los huevos de Pascua a los cuales es imposible decirles que "no".

En alguna ocasión te preguntaste ¿cuál era su origen o por qué aparecen cuando es momentos de recordar la Semana Santa? estas y otras interrogantes quizás en determinado momento te hiciste de niño, joven o te preguntaron simplemente.

Esta tradición se remonta hace miles y miles de años atrás; esconde profundos significados de religiosidad y misticidad , pero degustando de un huevo de pascua y la compañía entrañable de la familia esta historia se volverá aún más deliciosa .

Así que cuando abras tu primer huevito de chocolate, recuerda que más que ser un chocolate cargado de mucha dulzura, también es historia. Porque en pocas palabras se recuerda la llegada de la fertilidad, vida y nacimiento.

De acuerdo a la concepción cristiana, durante la Semana Santa se evoca la pasión, muerte y resurrección de Cristo. Es el momento más sobresaliente del calendario litúrgico.

El origen de los huevos de Pascua se remonta al siglo XIII cuando se comenzaron a pintar por primera vez estos, pero la gente de ese entonces se dio modos para mantenerlos frescos los cuales, eran bañados con una fina capa de cera líquida.

Con el auge de cristianismo, se estableció una fecha especial para obsequiar huevos y era el domingo de resurrección, esto porque se había prohibido por la iglesia comer huevos durante la cuaresma, la gente de ese entonces durante esos días antes de que llegara el día esperado se dedicaba a pintar huevos ; para guardar y luego consumir con mucha ansia en Pascua de resurrección.

Una vez terminada la Cuaresma, se reunían delante de la iglesia de su ciudad, y los regalaban para disfrutarlos después en Pascua como un motivo de celebración. Desde el punto de vista cristiano se dice que representan la aparición de Jesús tras su resurrección.

Lo cierto es que desde la época medieval el huevo decorado se convirtió en uno de los alimentos propios de Semana Santa y un preciado regalo para los niños y los sirvientes. Así comienza a quedarse instaurado como una tradición arraigada hasta nuestros tiempos, aunque cada país ha desarrollado su propia manera de decorar los huevos de Pascua.

La costumbre de comer huevos de Pascua ha trascendido fronteras, porque para muchas culturas ha representado y ha sido símbolo sobre todo de fertilidad, esperanza, alegría, regocijo y renacimiento.

Lo interesante de los huevos de Pascua ha sido motivar la creatividad e imaginación de la gente, al momento de dibujar dándole color, vida y ante todo un toque de personalidad.

Si trasladamos nuestra mirada a otra perspectiva espiritual nos encontramos con el punto de que la Pascua representa una nueva vida, teniendo en cuenta que el huevo desde siempre ha simbolizado la fecundidad, la vida y la renovación , la asociación Pascua, Primavera y Huevo, no ha podido ser más exacta.

Donde se asocia al huevo con los cuatro elementos de la vida. La cáscara representa la tierra; la membrana, el aire; la clara, el agua y la yema, el fuego.

Uno se preguntará ¿y qué pasa con el conejo de Pascua?, es el otro gran protagonista de esta tradición, quien a través del tiempo ha significado la fertilidad y vida ha sido el símbolo terrenal de la diosa Eastre (de la palabra inglesa Easter o Pascua), diosa de la primavera, considerada como la diosa de la Tierra, de la resurrección de la naturaleza tras su prolongada muerte durante el invierno y a quien se le dedicaba el mes de abril.

Cuenta la historia que había un pequeño conejo dentro de la cueva que utilizaron para darle sepulcro a Jesús, donde se dice que el animalito observaba cómo la gente que entraba lloraba desconsoladamente el cual no pudo contener la tristeza.

El conejito decidió quedarse en el sepulcro aún después de que se colocara la piedra para cerrar la entrada, pues aunque no sabía exactamente de quién se trataba, sabía que debía tratarse de una persona muy importante y amada por su pueblo.

Al tercer día, el conejo fue testigo de un milagro: Jesús se levantó.

Entonces, el pequeño animal comprendió que se trataba del Hijo de Dios, y que la gente que lloraba tenía que saber lo sucedido, ya que Jesús había resucitado.

Como los conejos no pueden hablar, el conejo decidió llevarles un huevo pintado como mensaje de vida y regocijo. Desde entonces, se dice, el conejo sale todos los Domingos de Pascua a dejar huevos de colores para que la gente recuerde el día en que Jesús resucitó.

Al hablar de los huevos y conejos de Pascua nos damos cuenta de que detrás de estos existe basta historia, cuentos, mitologías que encierran una serie de misterios que desconoce o sigue desconociendo nuestra sociedad.

En estos tiempos los más habitual es ver en Semana Santa los huevos de Pascua pero de chocolate que ahora contienen en su interior una "sorpresa". Cambiaron durante el tiempo adquiriendo nuevas transformaciones nuevos sabores, tamaños entre un sinfín de variedades para degustarlos en un día de encuentro y alegría entre la familia.

La tradición de la Pascua se mantuvo durante siglos y se mantendrá viva uniendo muchas más familias que se reúnen quizás, por la tarde a degustar de un huevo.

Hoy es domingo de Pascua, además del significado cristiano de este día tan importante para los católicos, hay tradiciones que se conservan desde hace muchísimos años, una de ellas es regalar huevos de chocolate a la gente que queremos.

La alegría, la unión, el cariño, pero sobre todo el encuentro en el seno familiar en distintos contextos de nuestra sociedad, es lo que se desea este domingo de Pascua recordando que tanto el conejo como el huevo son los grandes portadores de este mensaje de comunión entre los seres humanos.

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