En octubre, mes de noche de brujas, las vitrinas de las tiendas ubicadas en la calle Illampu se llenan de máscaras y disfraces de los personajes que estuvieron o están de moda en los cines. Estos atuendos están dirigidos a niños y jóvenes que gustan de celebrar la tradición importada de EEUU.
En la noche de Halloween la característica principal es el terror. Cada año marcan tendencia los monstruos, vampiros y zombis, que son los favoritos para los niños y jóvenes en las fiestas del 31 de octubre. Estos seres de terror inundan el cine durante el año e inspiran los disfraces. Las últimas las películas que tuvieron éxito fueron Maléfica y Frozen, ambas de la factoría Disney.
A toda máquina
Página Siete consultó con vendedores localizados en la calle Illampu y alrededores que se dedican a la confección de este tipo de disfraces. Todos coincidieron en que cada año aumenta la demanda y cambian las ofertas para la noche de Halloween.
"Este año se impondrán los disfraces de Maléfica y Frozen, pero no descartamos preparar otro tipo de trajes que se presente como novedad ”, cuenta la vendedora de la tienda Cotillones Arcoiris, Rocío Calle.
Entre telas de colores, lentejuelas y materiales para confeccionar los pedidos más exigentes de sus clientes se encuentra Ángel Sacarías. Es dueño de cotillones El Paraíso, una tienda especializada en la elaboración de disfraces y cotillón.
"El disfraz de Maléfica lo vamos a elaborar en dos piezas principales la capa y los cuernos, para ello vamos a utilizar la cuerina, tela y tal vez otros materiales que le den un estilo especial. Algo que caracteriza a cada vendedor es la creatividad e innovación con la que hace sus disfraces”, explica el artesano.
Cientos de personas de las diferentes zonas de la ciudad acuden a la calle Illampu en busca de disfraces y generalmente lo hacen días antes del 31 de octubre. "Hay bastante venta durante el año y la demanda aumenta en Halloween. Esta tradición se concentran en la zona Sur, pero también la gente del centro de la ciudad compra disfraces”, asegura el dueño de la tienda Andrea, Miguel Vargas Rada.
También, los vendedores confeccionan disfraces a pedido. "Podemos diseñar cualquier disfraz dependiendo el gusto y la exigencia de los clientes”, señala la vendedora de la galería Catalina, Alison Quispe.
Halloween en La Paz
En Bolivia la costumbre de celebrar la fiesta de Halloween es reciente y tomó fuerza en la década de los años 90.
"Durante los primeros años únicamente los niños circulaban por las calles pidiendo dulces a las casas de su vecindario. En cambio, ahora los adultos organizan fiestas bailables, es decir, Halloween lo celebran niños, jóvenes y adultos”, explica el responsable de Investigaciones Históricas de la Alcaldía de La Paz, Randy Chávez.
Parte de la tradición importada -que coincide con la fiesta religiosa de Todos Santos- es el disfraz. "Ahora ya no vemos con frecuencia trajes que asustan, sino disfraces de películas que están de moda”, explica.
Es importante indicar que los que comenzaron con esta tradición fueron las personas de la zona Sur - comenta el investigador- y conforme pasó el tiempo la práctica se expandió por toda la ciudad de La Paz.
Sobre los disfraces
Fechas Las más importantes para la venta de disfraces son carnavales, fiestas julianas, entradas folklóricas, Halloween, Navidad y Año Nuevo. También durante todo el año para las presentaciones que se llevan a cabo en los colegios.
Precios Se pueden encontrar disfraces desde 50 hasta 300 bolivianos. Los factores que marca la diferencia en cuanto a precios son la calidad del material y la talla.
Lugares Los vendedores ofrecen los disfraces principalmente en las calles Illampu, Comercio y 21 de Calacoto.
Pedidos Los vendedores de las calles mencionadas también confeccionan disfraces a pedido.
Otras novedades del año Thor, jeque árabe, Monsters inc, zombis, frank, La abeja Maya, Transformers, entre otros.
Punto de vista
Randy Chávez García
Historiador
"Halloween
se originó
en Inglaterra”
Halloween es una tradición que surge en los pueblos antiguos. Comenzó cuando los druidas (filósofos y teólogos de raíces celtas) veneraban a Saman (dios de la muerte). Para adorarlo encendían fogatas el 31 de octubre.
La tradición comenzó en lo que hoy es Inglaterra. Allí, los pueblos antiguos se disfrazaban de espíritus malignos para ahuyentar a las entidades que les causaban temor.
Conforme transcurrieron los años, la costumbre se expandió a Estados Unidos y es ahí donde la gente comenzó a disfrazarse con diferentes temáticas. Los niños y jóvenes comenzaron también a pedir dulces en las casas, en caso de tener una respuesta negativa la costumbre manda arrojar huevos podridos.
Esta tradición no desplegó ni desplegará a la festividad de Todos Santos porque esta costumbre religiosa está enraizada en los bolivianos.
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