domingo, 20 de mayo de 2012

¡Felicidades mamá... y papá!

Alas seis de la mañana, Lucero Pilar Quintana (22) está de pie al borde de su cama. Tiene clases a las siete y se prepara apresurada porque todavía debe darse el tiempo de dejar a Leo (3) en casa de la abuela paterna. El niño todavía duerme cuando se lo encarga a la madre del joven de quien estuvo enamorada. Es también su apoyo más importante desde que sus padres viajaron a España. La encontramos a las 15:00 de un martes lluvioso. Acude a la entrevista ataviada con un abrigo gris, un bolso multiuso y una caja de juguetes para armar. "Lo primero que aprendí fue a olvidarme que tengo 22 años", cuenta mientras mira de reojo al pequeño que corre alrededor de unas bancas en el centro comercial. Lo segundo: "Estudiar y trabajar no significa descuidar a mi hijo".

Falta formación

En 2011 se registró 80.137 casos de embarazos en menores de 20 años a nivel nacional, según datos del Ministerio de Salud. En Santa Cruz se concentra el 39% de los mismos. Para Guadalupe Pérez, directora del Colectivo Rebeldía, Organización No Gubernamental dedicada a la formación de programas destinados hacia la mujer, se trata de la expresión de una formación escolar que carece de una educación sexual adecuada. "Se requiere dejar los prejuicios y encarar un programa de educación sexual que toma como punto de partida que los jóvenes tienen relaciones más temprano y necesitan estar preparados. Las jovencitas necesitan tomar mayor conocimiento de su propio cuerpo y las maneras de cuidarse". Una opinión que se complementa con la responsable del programa de Jóvenes del Ministerio de Salud, Cecilia Delgadillo, para quien la información sexual para jóvenes es abundante, pero errónea.

Una estrella en el pecho

Cada tanto, el pequeño Leo se convierte en un estudiante más en las aulas de comunicación social de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM). Cuando los ven llegar, los compañeros de Pilar lo reconocen y juegan con él. Pilar asegura que ser "madre soltera" no es un hecho que la avergüence. "Ser madre soltera es para mí como llevar una estrella en el pecho", cuenta, pese a que algunos docentes ven perjudicadas sus clases cuando trae su hijo a clases.

Recuerda que sería más fácil si la única guardería con que cuenta una institución de 77.000 estudiantes tuviera solo capacidad para 260 niños. En ese sentido, el vicerrector Óscar Calleja señala que esta institución no tiene un registro de cuántas estudiantes estén en similar situación e informa que el incremento de la capacidad de niños depende de la Facultad de Humanidades. Ramón Fernández Reyes, decano de la facultad, asegura que esta idea está contemplada dentro de las propuestas de algunos candidatos a rectores el 22 de junio. Mientras tanto, todavía habrá que esperar.

Doble censura

En otro lado de la ciudad, en el barrio Estación Argentina, Catalina Rodríguez (62), tiene un despertar menos agitado. Ha pasado cerca de cuarenta años de desayunos rápidos y ya la última de sus tres hijas ha terminado la universidad. Ahora es abuela de una niña y un niño que viene en camino. Será el primer varón que romperá la hegemonía de la familia. "Dicen que son inquietos y tienen un temperamento más fuerte. Eso tendría que verlo. De mis niñas no me quejo porque ellas también son fuertes y me apoyaron desde el primer momento que decidí separarme", cuenta Catalina, quien no ha vuelto a casarse. En esto también asegura que la sociedad es desigual, porque observa que si un marido deja a su familia no recibe ningún tipo de censura, pero si el caso es al revés "la censura es doble". Catalina es maestra y técnica superior en medios escritos. El día casi acaba, son las 18:00, cuando interrumpe su relato. "Imagínese", dice mientras deja a un lado el fólder con notas de prensa que tiene recopilados para ejemplificar los diferentes casos de violencia contra la mujer registrados por los medios escritos. "Ahora es mi hija mayor, a sus 35 años, quien queda a cargo de su propia familia". El esposo había viajado a España por una cuestión laboral, pero al regresar dio por terminado su matrimonio. "Y ahora veo a mi hija peleando para que se respete una pensión que no supera los Bs. 500". La entrevista acaba y afuera la noche se establece en cada cuadra.

No tener hijos, un requisito

En base a casos registrados por Casa de la Mujer, institución dedicada a mejorar la calidad de vida de las mujeres y relaciones equitativas de género, en Santa Cruz, al menos el 30% de las mujeres acompaña el crecimiento de sus hijos sin una pareja estable. En la mitad de los casos la edad promedia entre 16 y 30 años. La directora del centro, Miriam Suárez, señala que la preocupación se concentra en la persistencia de prácticas "patriarcales" que todavía permiten que estas mujeres sean discriminadas para puestos de trabajo o alquileres de vivienda y que las políticas estatales aún estén orientadas a la prohibición y no a la formación del individuo. "No se puede despatriarcalizar por un decreto. Se trata de formar una cultura nueva", argumenta.

"No se puede despatriarcalizar la sociedad mediante leyes o decretos. Se trata de formar una nueva cultura de igualdad y respeto hacia los derechos humanos'.

Miriam Suárez
Directora Casa de la Mujer

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