Bolivia celebra a la mujer en varias ocasiones, el 8 de marzo, Día Internacional, el 27 de mayo, Día de la Madre, y el 11 de octubre Día de la Mujer Boliviana, además de algunas otras ocasiones especiales en profesiones caracterizadas por la femineidad, como el Día de la Secretaría, o de la Enfermera.
Demagógicamente, en estas ocasiones se afirma que todos los días deberían ser un motivo para agasajar a este ser tan especial. Pero los hechos, desgraciadamente, muestran todo lo contrario y el mal trato, abuso, discriminación laboral, económica y hasta las agresiones no dejan de estar en la vida cotidiana.
El proceso democrático ha permitido algunos avances, pero todavía existen trabas e incomprensiones que rayan en la agresión sistemática. Desde el salario menor por el mismo trabajo, hasta las coplas machistas desentonadas que se festejaron en la Plaza Murillo, hace poco, y ofendieron a las Ministras y a las mujeres en función de gobierno, hay una estela de hechos que muestran las actitudes ofensivas, humillantes y de menosprecio a la mujer.
Las limitaciones para el acceso pleno de las mujeres en la toma de decisiones persiste y el machismo, desgraciadamente, todavía es una realidad, tanto en el campo como en las ciudades; el sindicalismo no ha podido admitir la igualdad de derechos en el liderazgo y los Órganos Legislativo, Ejecutivo y Judicial, e inclusive el supuestamente moderno y actualizado Órgano Electoral, continúan arrastrando el prejuicio de la participación de la mujer como una “concesión”, casi como un favor.
La Organización de Naciones Unidas (ONU) instituyó el 8 de marzo como el “Día Internacional de la Mujer”, en memoria de varios hechos históricos protagonizados por mujeres en busca de la reivindicación de sus derechos.
En 1910 en las jornadas “Woman's day” en Copenhague – Dinamarca, la dirigente socialista alemana Clara Zetkin propuso celebrar el 8 de marzo el “Día de la Mujer”, como un tributo a las 40.000 obreras textiles de Nueva York (Cotton) quienes en 1857 generaron un movimiento por el respeto a sus derechos laborales. Ellas habían ocupado la fábrica e iniciado una huelga exigiendo mejores condiciones de trabajo, incluyendo el descanso dominical, la reducción de la jornada de trabajo e igual salario por el mismo trabajo, con relación a los hombres. Como respuesta, los dueños de la fábrica encerraron a las trabajadoras. Se produjo un incendio cuyo origen nunca se estableció claramente causando la muerte de 129 trabajadoras, cuyos cuerpos quedaron carbonizados por la magnitud del incendio.
En Bolivia, además, cada 11 de septiembre se celebra el Día de la Mujer Boliviana, fecha que sirve para recordar y reconocer su invalorable contribución a la familia, a la sociedad y al país, y recordar el natalicio de la maestra y poetisa Juana Paz Plácida Adela Rafaela Zamudio Ribero, quien nació en Coro Coro, departamento de La Paz, el 11 de octubre de 1854. Se estableció el Día de la Mujer Boliviana como homenaje a esta educadora y mujer de letras que, además fue una luchadora por los derechos civiles. Efectivamente, Adela Zamudio se destacó no solamente como poetisa romántica, si no por la defensa de los derechos de la mujer y de la educación laica, enfrentándose a la Iglesia y a una sociedad que en ese momento tenía muy arraigada la fe católica. Fue la primera en alzar la voz para que se separe el poder civil de la Iglesia. Defendió el matrimonio civil y el derecho al divorcio, además de lanzar otras ideas revolucionarias para su época.
Vencida la primera década del siglo XXI, todavía la sociedad se resiste a comprender y valorar la capacidad e importancia de la mujer para desempeñar cualquier misión, y así como se pretendió desplazar a Adela Zamudio por sus planteamientos de reformas y reivindicaciones educativas; o el desenlace que tuvo el reclamo de las mujeres fabriles de Nueva York por un mejor trato laboral, hoy se mezquina todavía el acceso pleno de las mujeres a la vida productiva integral.
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