El País conversó con uno de ellos, estamos hablando de J. A., que por un tiempo tuvo que hacer de padre y madre a la vez, tratando de ser ejemplar con sus cinco hijas. “Yo tuve un enorme papá y mi padre hizo también el trabajo de mamá, ahora yo intento ser un buen padre y ser como fue él”, nos comenta J. A. recomendando a los padres de familia dar más cariño a sus hijos que cosas materiales.
Sin embargo, nuestro entrevistado reconoce que los padres nunca ocuparán el lugar de una madre, pero que si uno se lo propone, éste podría cubrir ese gran vacío.
Las madres, según J. A. se caracterizan más en transmitir principios espirituales y valores a sus hijos, los cuales les servirán para toda la vida. “Lo que más vemos, son los ojos de las madres que por lo general transmiten más cariño, cosa que en muchas ocasiones él de un padre es reservado”, explica.
J. A. nos comenta que el pasado viernes hubo un agasajo en la unidad educativa de una de sus hijas, en la que lamentablemente percibió que muchos de los padres de familia no asistieron por cuestiones de trabajo, situación que influye mucho en el cariño de un niño a un papá.
Otro de los casos que conoció El País, fue sobre papás que se criaron solos junto a su padre, tal es el caso de H. O., quien tiene en la mente los recuerdos de su niñez junto a su padre a la hora de entonarle melodías para calmar su depresión cuando reclamaba por su mamá.
“Yo recuerdo como mi papá me levantaba de chiquito y me cantaba una canción que decía: Mi chiquitín rayito de luna, mi chiquitin pedazo de cielo, tienes mi sangre y llevas mi nombre, Dios te bendiga chiquito chiquitingo, solo te pido cuando seas hombre cuides mis pasos mis últimos días, como ahora cuido de ti chiquito que nada falta en tu existencia”, tarareó esta canción con nostalgia.
Los hijos
De la misma manera, en algunas iglesias evangélicas festejaron de forma adelantada a los papás con juegos recreativos, especiales de canto y baile y con un rico plato típico de Tarija. El mensaje fue claro; ser buenos padres como lo fue Dios con sus hijos.
De esta manera la juventud reflexionó sobre este día compartiendo momentos lindos junto a ellos. Por ejemplo C. C. festejó a su padre con sus hermanas otorgándole un lindo regalo.
C.C. decía: “yo lo quiero a mi papá (…) para mi es lo más genial que Diosito me ha dado y espero que siempre sea bueno y me dé concejos, aunque a veces me reta, pero yo creo que lo hace por mi propio bien y no por molestarme”.
Otro joven F. B. nos cementaba que algunos de sus amigos consideran a sus papás muy estrictos a la hora de educarlos, sin embrago para él su padre es diferente porque en vez de una retarlo, dialoga sobre la falta hasta llegar a una solución.
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