Mercados, supermercados y casas de cotillones traen a la ciudad una infinidad de adornos para decorar ambientes y detalles para lucir la noche de Halloween, también conocida como Noche de Brujas. Santa Cruz se suma cada vez más a esta tradición norteamericana con origen celta. La columna vertebral de esta festividad es la supuesta cercanía del mundo de los vivos con el de los muertos, en la que abundan las calabazas, calaveras, brujas, zombies y momias. En estos el mundo se fundamenta para hacer un sinfín de objetos y disfraces.
Lo que hay. Máscaras, llaveros, agarrapelos, anillos, cadenas, aretes, manillas, vinchas con espadas, centros de mesa, canastas, lámparas, portacelulares, placas de vampiros, murciélagos, telarañas, partes de miembros del cuerpo humano de goma, dulces en variadas formas: ojos, escobas, dientes, dedos, gusanos, entre otros.
Halloween de colores. Halloween se asocia con los colores naranja, amarillo, violeta, morado, púrpura, blanco y, principalmente, negro acromático, cuyo significado sin color es la ausencia de luz, símbolo emblemático de la noche y la oscuridad.
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