Desarrollan todos los sentidos, pero los puede volver ansiosos y adictos: los videojuegos son una actividad de considerable popularidad entre los preadolescentes. Existe una variedad, pero los preferidos son los de acción; en los cuales se pueden ver situaciones de guerra, peleas y sobre todo violencia. Son juegos que exigen velocidad y rapidez, "el niño empieza a tener sobrestimulación en su percepción, es por eso que les atrae", dice el sicopedagogo y docente Marcelo Martínez.
Condicionan la conducta. El profesional indica que se pueden aprovechar ya que genera en el niño un desarrollo motriz, auditivo y visual. Pero, es peligroso cuando no es controlado, porque es un tipo de condicionamiento en la conducta. Los vuelve obsesivos, indisciplinados y les provoca déficit de atención en la escuela y desobediencia en el hogar.
Reflexionar con ellos. Se tiene que controlar el uso, hacer que el niño reflexione sobre el mensaje, comportamiento y conducta de los personajes dentro del juego como la mutilación, peleas y armas. "Estos juegos son una actividad activa, mientras que leer es pasivo, por este motivo tienen más impacto en ellos", dice el sicopedagogo.
Ventajas. De acuerdo al sicólogo, Raschid Guardia influyen en la conducta de forma negativa y positiva, según la clase del juego y el tiempo que se emplee en él. Hay una infinidad de juegos que les ayudan a desarrollar sus capacidades y diferentes aptitudes, que incluso, puede ser aprovechado en su aprendizaje, destaca.
Influencia. El especialista, señala que aumenta la ansiedad y disminuye los niveles de tolerancia, violencia y autismo. Frecuentemente piensan en guerras y golpes, es porque se están haciendo violentos y menos comprensivos.
No prohibir. No funciona prohibir, dice Raschid, lo que tienen que hacer los padres es dejar claro los horarios. Entre semana es recomendable que no jueguen y los fines de semana no tienen que pasar más de horas, aconseja.
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