Los relojes pueden ser de cuarzo o mecánicos. Los de cuarzo son los más comunes y prácticos, te ofrecen precisión y estabilidad. Elige uno digital para actividades deportivas, cuando necesites GPS, altímetro, calculadora y otras funciones más. Confirma que sea a prueba de agua y, si vas a invertir bastante en uno, que sea de titanio, pues es el material más resistente. Este tipo de relojes debe ser muy cómodo, por lo que los mangos plásticos y de goma también son una buena opción.
Si quieres algo más casual, pero menos sport, elige uno de cuarzo analógico con el armazón metálico. Son precisos y elegantes, sin ser demasiado caros. También está la opción de los analógico-digitales, que incluyen los elementos numéricos de una esfera analógica, pero con un display digital. Pueden tener funciones muy prácticas, aunque son menos elegantes.
Si lo que quieres es ostentar, no hay nada como un reloj mecánico, que destaca por su trabajo artesanal tradicional, siendo una pieza compleja, elegante y valiosa.
Eso sí, es un reloj menos preciso que el de cuarzo y puede perder varios minutos al año. Puede ser automático (que se activa con el movimiento del cuerpo) o manual, dependiente de una cuerda.
Tener un solo reloj es un error. Lo recomendable es buscar al menos uno casual y resistente para el día a día y otro elegante y sobrio para acontecimientos especiales. Apuesta a marcas conocidas con garantía que certifiquen la calidad de su mecanismo para que tenga una larga vida. Recuerda que un buen reloj, sobre todo si es clásico, jamás pasa de moda.
Metálicos
Los relojes de pulsera con metales preciosos tienen una apariencia en general clásica y son de plata fina, oro o platino. Los demás metales se caracterizan por su durabilidad: aluminio, acero inoxidable y titanio.
Casuales
Más informales son las piezas hechas de fibra de carbón, en general de un color oscuro o neutro, y los de plástico o goma, que se caracterizan por su colorido. Este tipo de materiales se adapta al aire libre.
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