Se trata de la ST77 de Samsung que tiene un diseño muy compacto. Pesa unos 100 gramos, y aunque puede que no ofrezca prestaciones avanzadas desde el punto de vista de la óptica, responde bien en la mayoría de las situaciones de la vida cotidiana. Está disponible con acabados en negro y en blanco, y ofrece un frontal despejado acabado en metal cepillado, con un pequeño resalte situado en la parte derecha que hace las funciones de empuñadura, recubierto de un material rugoso que facilita el agarre.
Dispone de un objetivo gran angular de diseño propio, que alcanza desde los 25 mm a los 125 mm. Esto lo convierte en una buena cámara para viajes, para fotografías en fiestas de interior como por ejemplo un cumpleaños, pero también para salir fuera a hacer fotos de paisajes, de monumentos, incluso de naturaleza siempre y cuando no se exija demasiado acercamiento.
Dispone de un sensor CCD de 16,1 megapíxeles, rápido y con elevadas captación de imagen. Esto se nota sobre todo a la hora de hacer fotos cuando hay poca luz, o incluso en interiores, donde recibe una pequeña ayuda del flash incorporado. También resalta por su inteligencia. Ha sido diseñada para que el usuario pueda hacer fotos casi por instinto, sin tener que pensar más que en el encuadre, que se lleva a cabo en la pantalla LCD de 2.7 pulgadas situada en la trasera.
Tiene diversos modos inteligentes y efectos artísticos. Muchos de estos filtros creativos son aplicables tanto las fotografías como al vídeo. Es que es capaz de tomar vídeo en alta definición a 720p a 30 cuadros por segundo.
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