Markus Persson es el creador de Minecraft, por lo que se le podría considerar el Walter White de la industria del videojuego. Sus productos son adictivos y, sobre todo, los mejores en aquello para lo que sirven y la experiencia al jugar a Drop, su última creación, no es una excepción. Con una mecánica sencilla, conseguirá que pases más rato del que deberías delante de la pantalla.
Lo único que hay que hacer en Drop es teclear las letras que aparecen en pantalla (las cuatro primeras siempre serán las que forman la palabra 'drop'). El tiempo corre, así que hay que lograr el mayor número de letras posible antes de que finalice la partida (técnicamente, ésta podría no terminar nunca, pero para ello es necesario ser muy rápido).
No es original, pues lo hemos visto en cientos de juegos flash. Pero tiene ese toque Persson que hace que sea superior a la mayoría de sus rivales.
Así, por ejemplo, cuenta con una música agobiante, en consonancia con el escenario en el que se desarrolla la acción, una animación infinita que recuerda al trabajo de M. C. Escher.
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