La ciudad de Río de Janeiro ultima los preparativos para inaugurar el próximo sábado el árbol de Navidad flotante más grande del mundo, según el Libro Guinness de los Récords, situado en medio de la Lago Rodrigo Freitas.
El ayuntamiento de la ciudad adorna desde 1996 el centro del lago con una inmensa estructura metálica en forma cónica, llena de luces de colores, para alegrar las fiestas navideñas a los cariocas y también a los turistas que acuden para celebrar el verano austral y sus altas temperaturas.
Con motivo del aniversario número quince de esta iniciativa, los responsables del proyecto han querido que el árbol de este año, que tiene una altura de 85 metros, supere a todos los anteriores.
La estructura, que se divide en 15 fases luminosas, para recordar cada una de las ediciones del árbol en el pasado, ha aumentado este año el número de focos y siluetas iluminadas y, para ello contará con 3,3 millones de pequeñas bombillas.
"Mi sueño es llegar a los 100 metros (de altura) y esos quince metros que faltan son un desafío, pero sería un bonito regalo para la ciudad", declaró Abel Gomes, director artístico del proyecto.
Gomes describió la decoración de este año como "rococó", ya que el árbol está cargado de muchas más luces y figuras.
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